lunes, mayo 19, 2025

Un pequeño vendedor de flores en la calle recibe apoyo en línea.

La pandemia ha dejado a un gran número de personas sin empleo, como es el caso de Edgar Machic Jr., quien se ve forzado a salir a las calles a vender flores con su hijo para sobrevivir.

Edgar se sentía desanimado, no solo por la escasa solvencia económica, sino también por no poder cuidar de su hijo y brindarle una educación. Lo que no imaginaba era que uno de los muchos transeúntes a quienes ofrecía flores cambiaría su vida por completo.

Todo esfuerzo tiene su recompensa

Niño vendiendo flores en una avenida pública

Edgar Machic perdió su empleo debido a la pandemia de Covid-19 y su hijo comenzó a ayudarlo vendiendo flores en una concurrida avenida de Los Ángeles, Estados Unidos.

Wendy Rodríguez, una vecina de la zona, estaba comprando algunos alimentos cuando el pequeño se acercó y le pidió que le comprara una flor, ya que no habían logrado vender nada ese día. Tenían hambre y deudas que saldar. Wendy no pudo resistir la solicitud, compró todas las flores y le dio una propina extra.

Ayudar a otros engrandece el corazón

Niño recibiendo víveres y ayuda en especie para él y su padre

Wendy sabía que su gesto había sido amable, pero no era suficiente para mejorar la situación del pequeño y su padre; por ello, abrió una cuenta en GoFundMe, relató la historia de la familia y logró recaudar 40 mil dólares para ayudarles.

Cuando Edgar y su hijo se enteraron de la acción de Wendy, expresaron su profundo agradecimiento.

Este es solo el comienzo de una nueva vida

Niño junto a su padre llevando flores para una venta

Luego de que su esposa falleciera, Edgar y su hijo emigraron de Guatemala a Estados Unidos con la esperanza de empezar una nueva vida. Aunque al principio todo parecía marchar bien, la pandemia de Covid-19 les quitó casi todo. Sin embargo, aún tiene a su mayor tesoro: su hijo, quien le brinda la motivación para seguir adelante cada día.

La historia de esta pequeña familia se volvió viral; ahora reciben apoyo de cientos de personas e incluso lograron obtener una visa como residentes. Debido a esto y mucho más, Edgar y su hijo están profundamente agradecidos con Wendy y, por supuesto, con todas las personas de buen corazón.

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