Una de las lecciones más valiosas que debemos aprender los adultos es acerca de la inocencia y bondad que poseen los niños. Los pequeños siempre están dispuestos a ayudar a quienes más lo necesitan, sin importar que ello implique sacrificar algo que realmente aprecian. Para los padres, tener un hijo así debe ser un motivo de enorme orgullo; y si no lo crees, pregúntale a Karen Espinoza Melgarejo.
Ella se encontraba cenando con su hijo cuando fue testigo de cómo este le ofrecía su cena a un hombre de escasos recursos que se gana la vida vendiendo dulces en una taquería en Michoacán, México.
Un gesto noble e inolvidable
A través de Facebook, Karen compartió cómo su hijo tuvo un invitado especial en la cena. El hombre llegó al pequeño restaurante para ofrecer sus paletas.
Mientras cenábamos, un anciano llegó vendiendo paletas de bombón, muy agotado; imagino que ha estado trabajando todo el día. Desde el momento en que Adalid lo vio, no dudó ni un instante: se levantó de la mesa y le dio 40 pesos que había ganado jugando a la lotería mexicana. El hombre le ofreció algunas paletas, pero él respondió que podría quedárselas y venderlas.
A pesar de dar dinero, no se sentía tranquilo
Adalid, muy preocupado, se acercó nuevamente al hombre y le dio otros 29 pesos que tenía en su bolsillo. Con lágrimas en los ojos, regresó y le preguntó a su mamá si podían comprarle comida.
“Mamá, ¿podemos comprarle unos tacos y un refresco? Porque parece que tiene mucha hambre”. Se acercó a él y le preguntó qué deseaba. Hizo el pedido al mesero y se aseguró de que se lo entregaran rápidamente. De repente comenzó a llorar y le pregunté por qué. Él respondió: “Es que mira, mamá, está cenando tan a gusto”.
Karen tiene un hijo maravilloso
La publicación, que ya cuenta con más de 100 mil reacciones, concluyó con una conmovedora nota de Karen para su hijo:
De verdad, a veces me pregunto quién le dio la vida a quién. Como madre, a menudo dudo si estoy haciendo bien mi trabajo y me cuestiono a diario si lo hago correctamente, pero acciones como esta me dan la respuesta.
Sin duda, este niño tiene un corazón de oro y nos enseñó una hermosa lección sobre la humildad. El mundo necesita más personas como Adalid.
