La única forma de superar una crisis es uniendo fuerzas y haciendo todo lo que esté a nuestro alcance para ayudarnos mutuamente, desde quedarnos en casa y seguir las indicaciones sanitarias, hasta emplear nuestras habilidades para cuidar de los demás, como lo hace Jorge Martínez Gracida.
Con apenas 12 años, este niño de Oaxaca, México, ha creado caretas protectoras para que los trabajadores de la salud se mantengan protegidos contra el coronavirus y puedan seguir ayudando a más personas.
Un pequeño gran héroe
A través de Facebook, su hermana Gigi dio a conocer la encomiable labor del pequeño, quien ideó esta iniciativa de manera altruista, ya que no solo diseñó el prototipo de las máscaras desde cero, sino que también utilizó sus ahorros para fabricarlas.
Recientemente, Jorge se enteró de que los médicos están genuinamente expuestos a contraer el virus, incluso utilizando cubrebocas, puesto que este se propaga a través de partículas que pueden entrar en contacto con la boca, nariz y ojos. Con esto en mente, comenzó su proyecto.
Trabaja día y noche
En Navidad del año pasado, Jorge pidió una impresora 3D para fabricar sus propios juguetes y nunca imaginó que la usaría para ayudar a la humanidad.
Ahora trabaja incansablemente para alcanzar su meta, pasando desde las 10 de la mañana hasta las 2 de la madrugada fabricando 10 caretas. Sus padres deben asegurarse de que descanse entre jornadas, ya que está tan comprometido con su misión que no le importa cuánto tiempo le lleve, sino cumplir con su promesa a los médicos y enfermeras.
¡Es una gran inspiración!
Ya ha entregado el primer lote de su creación al Hospital Regional de Alta Especialidad y al Hospital de la Mujer y el Niño Oaxaqueño, ambos dedicados a atender a pacientes graves de coronavirus.
Su altruismo ha inspirado incluso a su amiga Licypriya Kangujam, una activista de ocho años de Nueva Delhi, India, quien tomó prestado el prototipo de Jorge para fabricar mascarillas y donarlas en su propio país. Hasta el actor Demián Bichir contactó a la familia para contribuir con los costos de material necesario para continuar la producción.