Todos los humanos cometemos errores, ya que forma parte de nuestra naturaleza imperfecta. Sin embargo, lo relevante de esos errores son las valiosas lecciones que nos aportan, ya que nos ayudan a crecer como individuos y nos llenan de sabiduría, valores y conocimientos.
No hay una edad específica para comenzar a aprender, y este pequeño recibió una lección importante que, sin duda, se convirtió en algo valioso.
A veces actuamos de manera impulsiva
Durante el fin de semana, se compartió en redes sociales la historia de un niño cuyo nombre y edad son desconocidos, pero parece tener menos de 10 años y vive en San Luis Río Colorado, Sonora.
Este niño y sus amigos se habían reído de una niña de escasos recursos, quien se dedica a recoger botellas de plástico para venderlas y así ayudar a su familia con algo de dinero.
Una gran lección de su tía
La tía del niño decidió imprimir un cartel que decía: “Vendo chicles porque humillé a una niña de bajos recursos”; su intención era que el niño saliera a la calle vendiendo golosinas a las personas y, además, que les explicara que se había reído de una pequeña de su edad, quien lamentablemente no cuenta con las mismas oportunidades que él.
Es posible que el niño se haya burlado de la niña sin entender el esfuerzo que ella hace cada día al recoger las botellas.
Lo esencial es el respeto
Si bien puede parecer un castigo severo, la realidad es que en esa etapa de la vida es esencial educar a los niños en los mejores valores, haciéndoles entender que no todos tienen las mismas condiciones económicas para enfrentar los gastos del hogar y que, lamentablemente, algunos pequeños deben trabajar.
El propósito de esta acción fue que el niño comprendiera que ganar un poco de dinero es un esfuerzo arduo y que es fundamental ser educado y respetuoso con todos, sin importar su apariencia. También debía disculparse con la pequeña y entregarle el dinero obtenido de la venta de los chicles.
Sin duda, esta experiencia le dejó una lección y, además, le permitió ayudar a alguien.