miércoles, abril 30, 2025

Un albañil se entera de que es heredero de un millonario y decide demandarlo.

¿Alguna vez has pensado en cómo sería tu vida si, de la noche a la mañana, descubrieras que eres una princesa o que perteneces a una familia adinerada que siempre lo ha mantenido en secreto? Aunque esto suena algo descabellado e incluso reminiscentes de la trama de la película El diario de la princesa, es la realidad de un hombre que trabajó como albañil durante años hasta descubrir que su padre es un empresario multimillonario.

Desafortunadamente, su historia no tiene un final de cuento, ya que su padre lo ha rechazado por años, obligándolo a vivir en la precariedad y el anonimato, lo que lo ha llevado a demandarlo.

Trabaja como albañil, descubrió que es hijo de un millonario y ahora pretende demandarlo

Marcelo Omar Urbano, un albañil de 58 años originario de Argentina, tuvo que someterse a dos pruebas de ADN para confirmar las palabras que su madre le dijo en vida: que su padre biológico era un millonario.

Su infancia fue muy dura; nunca celebró un cumpleaños, pasaba días sin comer y la ropa que usaba era donada por vecinos. Además, no pudo completar sus estudios debido a la falta de recursos y creció bajo el cuidado de su abuela.

No obstante, su madre siempre insistió en que era hijo de un millonario e incluso le reiteró esto antes de fallecer, asegurándole que su padre biológico era Eduardo Lapania, un prominente magnate de Córdoba, Argentina.

Trabaja como albañil, descubrió que es hijo de un millonario y ahora pretende demandarlo

Según el relato de su madre, Marcelo señaló que ella estudió en un colegio de monjas y que su abuelo la dejó como empleada en la casa de los Lapania, donde quedó embarazada de uno de sus hijos. Al enterarse, los dueños decidieron despedirla.

«Nací en 1963. Mi madre, que falleció hace varios años, me contó todo desde pequeño. Y cuando estuvo muy grave e iba a fallecer, me volvió a decir que mi padre era un millonario… Ella estudió en un colegio de monjas y mi abuelo la dejó como empleada en esa casa [de los Lapania]. Estuvo enojada hasta el último día de su vida por la situación…»

Es relevante mencionar que cuando Marcelo tenía 21 años, se encontró con su padre biológico en un bar de Buenos Aires y le informó que era su hijo, pero este lo negó en múltiples ocasiones.

Animado por su familia, el albañil llevó su caso a los tribunales y, tras realizar dos pruebas de ADN, verificó que es hijo de Eduardo Lapania. Actualmente, se prepara para una segunda demanda por un monto de 880 mil dólares por los daños sufridos tanto por él como por su familia.

Eduardo Lapania es presidente de Bodegas Don Cristóbal, una empresa dedicada a la exportación de vino a más de 15 países en América, Asia y Europa. Hasta el momento, el empresario ha guardado silencio sobre el asunto, pero es evidente que esta vez no podrá ignorar la situación y de una forma u otra deberá compensar los daños causados.

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