Cuando la bondad y la inteligencia se unen, se pueden lograr cosas extraordinarias. Un claro ejemplo de esto es un grupo de estudiantes de secundaria que se esforzó al máximo para cambiar la vida de un hombre.
Hasta ahora, Jeremy King no podía disfrutar de paseos con su pequeño hijo, ya que su condición de silla de ruedas le dificultaba empujar la carriola como deseaba. Sin embargo, gracias a la ayuda de estos estudiantes, quienes modificaron su silla e incorporaron un portabebés, Jeremy ahora puede salir a dar largos paseos con su hijo.
Aproximadamente hace tres años, Jeremy King, de 37 años, se sometió a una cirugía por un tumor cerebral. Aunque la cirugía lo salvó, dejó secuelas como la falta de movilidad en las piernas.
Su silla de ruedas se volvió indispensable, pero también le limitaba en actividades cotidianas, como empujar la carriola de su hijo durante los paseos. Chelsie, la esposa de Jeremy, estaba muy preocupada por esta situación.
Si bien Jeremy puede caminar un poco, no puede hacerlo con la seguridad necesaria para llevar a un bebé. Entonces decidimos: ‘bien, ¿qué necesitamos para que él se sienta como un padre seguro?’. Lamentablemente, no surgieron muchas ideas, ya que hay pocos recursos para padres con discapacidad.
Sin embargo, Chelsie no se quedó de brazos cruzados. Contactó a Matt Zigler, un profesor de secundaria y amigo, para preguntarle si era posible adaptar la silla de ruedas de Jeremy. Lo hizo porque él enseña una materia llamada “Making for Social Good”, en la que tal vez alguno de sus estudiantes podría aportar una solución.
El objetivo de la materia es empezar entendiendo el problema. Realizamos entrevistas con la familia y hablamos con un experto del departamento de bomberos local sobre la instalación de asientos de seguridad para bebés para tener una mejor comprensión de cómo funcionan.
Un estudiante tuvo la idea de crear un soporte utilizando modelado en 3D. Después, todos los chicos de la clase trabajaron arduamente hasta dar con el prototipo ideal. Todo fue diseñado semanas antes del nacimiento del bebé, con el objetivo de que estuviera listo para su llegada. Una vez que dieron la bienvenida a su hijo y salieron del hospital, Jeremy pudo llevar a su hijo en su primer paseo familiar.
Usar el portabebés fue abrumador, ya que nunca pensé que podría hacer algo así con nuestro hijo. La mayoría de las personas pueden salir a caminar con su familia, pero para mí es realmente difícil; muchas personas lo dan por sentado. Me encanta la idea de que estos estudiantes llevaron a cabo este proyecto, y será algo que perdurará en el tiempo.
No solo la familia se beneficia de esta creación, sino que también muchas personas con discapacidades. Estos chicos merecen una gran felicitación.
