Hace un par de semanas, un equipo de cuatro viajeros espaciales formó parte de la primera expedición con civiles orbitando la Tierra. Sin embargo, este viaje no representa la primera huella que la nave Inspiration4 deja en la historia.
A bordo de la nave, que partió al espacio el 15 de septiembre desde el Centro Espacial Kennedy en Florida, se encontraba Hayley Arceneaux, una terapeuta física del hospital St. Jude Children’s Research, quien tenía el objetivo de recaudar fondos y, al mismo tiempo, cumplir un sueño muy especial.
Junto a Jared Isaacman, Sian Proctor y Chris Sembroski, Arceneaux, con solo 29 años, se convirtió en la estadounidense más joven en llegar al espacio. También es la primera en hacerlo con una prótesis, puesto que, de pequeña, fue diagnosticada con cáncer óseo.
“Cuando me di cuenta de que sería la americana más joven en llegar al espacio, me sentí completamente abrumada por recibir tal honor. No podía creer que algo así me estuviera pasando a mí”, comentó.
Arceneaux siempre había soñado con ir al espacio. Sin embargo, tras enterarse de que padecía cáncer, su sueño parecía cada vez más distante; después de someterse a una cirugía que le colocó una placa de metal en la pierna, estaba convencida de que nunca podría orbitar la Tierra.
“De hecho, fui a la NASA unos meses antes de que me diagnosticaran cáncer. Pude ver el entrenamiento de los astronautas. Creo que todos los niños sueñan con algo así. Pero tras la cirugía, nunca pensé que podría convertirme en astronauta”, relató.
“Me siento tan honrada de allanar el camino para más personas como yo. Creo que el viaje al espacio debería ser accesible para todos, así que esto es un gran primer paso hacia ese objetivo”, concluyó.
La misión de Inspiration4 tenía el objetivo de recaudar 100 millones de dólares, además de los 100 millones que fueron donados por Isaacman. El hospital en el que trabaja Arceneaux se especializa en tratar enfermedades críticas como el cáncer, sin costo alguno para las familias de los pacientes.