lunes, mayo 19, 2025

Si has aumentado de peso, es posible que esta sea la causa.

¿Has notado que en las últimas semanas has comenzado a comer mucho más que antes sin ninguna razón aparente? La realidad es que a muchas les está ocurriendo, así que no te alarmes demasiado; no eres la única. Sin embargo, es importante que sepas que esto no es normal y tiene una causa específica.

Seguramente algunas de ustedes notaron un aumento en la ingesta de alimentos a raíz del confinamiento debido a la contingencia de salud ocasionada por el Covid-19, pero hay quienes ya lidiaban con este problema desde mucho antes.

¿Hambre real o emocional?

Chica tomando refresco, con una hamburguesa en la mano

Como bien lees, es crucial distinguir si el hambre que sentimos es genuina o emocional, especialmente desde el momento en que nos damos cuenta de que vamos a comer algo. Esto se debe a que hay factores que impactan notablemente nuestra alimentación.

El hambre real es aquella que proviene del estómago; es nuestro cuerpo solicitando alimentos para obtener nutrientes y energía que nos permitan continuar con nuestras actividades diarias, a diferencia del hambre emocional.

¿Qué es el hambre emocional?

Chica sosteniendo una bandeja con hamburguesas

El hambre emocional está completamente relacionada con nuestras emociones, como su nombre indica. La frustración, el estrés, la preocupación, la tristeza o algún malestar personal provocan este tipo de hambre.

En el caso del hambre emocional, es nuestra mente quien solicita el alimento, utilizando la comida como una forma de escapar de situaciones externas que por lo general no podemos controlar. Al comer, nuestra mente y pensamientos se concentran en algo diferente de la realidad; en otras palabras, vemos la comida como un refugio.

Cientos de personas padecen hambre emocional

Mujer comiendo un wrap

Ahora que eres consciente de que el hambre emocional surge de emociones que nuestro organismo y mente no pueden procesar, es importante entender por qué cientos o incluso miles de personas en todo el mundo experimentan este tipo de hambre.

En este momento, las emociones de muchas personas están alteradas. Todos hemos pasado por situaciones complejas en un corto periodo de tiempo, lo que explica por qué nuestra conducta alimentaria puede verse afectada.

Existen diversas razones por las cuales comemos, tales como:

  • Por ansiedad debido a preocupaciones.
  • Nuestra mente busca refugio en la comida, ya que al ingerirla nos sentimos mejor.
  • Estamos evitando algo que, aunque preferiríamos ignorar, necesita nuestra atención.
  • Podemos estar lidiando con la depresión, y la comida se convierte en nuestra compañía.

¿Por qué lo identificamos hasta ahora?

Chica de lentes comiendo un chocolate

Quizás llevábamos meses experimentando hambre emocional sin darnos cuenta, pues nuestro cuerpo estaba en constante actividad, consumiendo las calorías que ingeríamos.

Sin embargo, una vez que comenzamos a permanecer en casa por tiempos indefinidos, llevando una vida más sedentaria y realizando solo algunos pasos al día, nos percatamos de que no solo empezamos a ganar peso, sino también a comer más, ya que no comemos por hambre real. Estamos tan abrumadas y cansadas por lo que ocurre a nuestro alrededor que la comida se ha convertido en un refugio para muchas de nosotras.

¡Trabaja en ello!

Chica tomando una malteada

Primero, es importante que sepas que el hambre emocional no se elimina, sino que se debe trabajar en ella. Pregúntate: ¿de dónde proviene esta necesidad de comer? ¿Cómo me siento? ¿Qué realmente necesito para sentirme bien?

Si logras identificar fácilmente las razones detrás de tus hábitos alimenticios, será más sencillo controlarlos. Sin embargo, siempre es recomendable hablarlo con un terapeuta, quien podrá orientarte sobre las mejores acciones a seguir.

Algo crucial a tener en cuenta es que la comida y tus emociones no son tus enemigos; solo debemos aprender a escucharnos.

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