¡Finalmente! Disney ha roto el tabú de la menstruación en su nueva película Red, que ilustra la transición de la infancia a la pubertad, así como los cambios físicos y emocionales que conlleva esta etapa.
En esta narrativa, seguimos a Meilin Lee, una niña de 13 años que debe enfrentar las transiciones de su cuerpo y personalidad mientras intenta definir su identidad y satisfacer las expectativas de su madre, quien la ve como la hija ideal. Meilin se convierte en un panda rojo cada vez que experimenta emociones intensas, y este animalito simboliza, de manera sutil, la menstruación. La película se estrenó recientemente en la plataforma de streaming de Disney y ha generado gran polémica en redes sociales por abordar un tema que ha sido tabú durante años, pero que merecía ser discutido y tratado con respeto y normalidad.
Red narra la historia de Meilin Lee, una adolescente de 13 años dividida entre la presión de ser la hija perfecta que su madre desea y el caos propio de la adolescencia. Ming, su madre protectora y exigente, nunca se separa de ella, lo que resulta incómodo para alguien que está entrando en esta etapa de cambio. Además, Meilin experimenta un cambio en su cuerpo que la lleva a transformarse en un panda rojo cada vez que siente emociones intensas.
La película, dirigida por la ganadora de un Premio de la Academia Domee Shi y producida por Lindsey Collins, se encuentra disponible en Disney+ desde el 11 de marzo y ha generado mucho revuelo por tratar temas típicos de la adolescencia, incluyendo la menstruación, algo que nunca había sido abordado en una película animada de Disney.
Con Red, la compañía del ratón se aleja de príncipes y dragones para presentar una historia más realista, tocando temas como la menstruación, los cólicos, cambios hormonales y todas las experiencias que vive una chica al pasar de la infancia a la pubertad.
La mejor metáfora para abordar esta complicada etapa de la vida son los animales peludos, desaliñados y rojos: el color de la pubertad, que me representaba a los 13 años, roja de rabia, de vergüenza y también por mis enamoramientos escolares. Mentalmente, me parecía una imagen divertida imaginar a Mei transformándose sin control en un enorme animal rojo y hormonal.
Tratar una historia de madurez de una niña sin incluir la menstruación no haría justicia al tema y resultaría superficial. De hecho, en una de las primeras escenas que filmamos, la madre de Mei entra alarmada al baño con compresas para su hija, y esa escena fue aprobada de inmediato por los ejecutivos de Disney. Fue un ejemplo perfecto: brindaba humor, tono, honestidad y valentía, elementos que el filme necesitaria.
— Domee Shi
Hasta ahora, la película ha sido bien recibida por el público, y se espera que, más allá de los números en televisión, ayude a miles de niñas a conocer mejor sus cuerpos, sin tabúes y con la información adecuada.