La esperanza de convertirse en padres es un sueño que, para muchos matrimonios, se ve interrumpido, ya sea por problemas de salud o por condiciones biológicas que les impiden tener hijos. Sin embargo, hay parejas que, a pesar de los obstáculos, logran cumplir su deseo de ser padres, como es el caso de este matrimonio que, tras 13 años de intentos, finalmente ha dado la bienvenida a su primogénito.
Carissa y Dave Morris son una pareja de Wickham, en Australia Occidental, que luego de 13 largos años de intentar concebir, han recibido a su hijo. El pequeño Oliver nació el pasado 17 de diciembre en el hospital St. John of God Murdoch, pesando dos kilos con 920 gramos.
A lo largo de esos años, la pareja enfrentó numerosas complicaciones, incluyendo ocho abortos espontáneos, en los cuales los fetos nunca superaron las seis semanas. Esto llevó a que Carissa se sometiera a diferentes exámenes médicos, donde se descubrió que tenía bloqueada una de sus trompas de Falopio.
Los líquidos regresaban a mi útero y era, básicamente, como un veneno para el bebé. Me quitaron ese tubo y nos enteramos de que también había problemas de fertilidad por parte de mi esposo.
-Explicó Carissa al medio ‘DailyMail’.
El problema de fertilidad de Dave se originó en su trabajo, ya que el constante contacto con el calor de las calderas dañó en gran medida sus espermatozoides, lo que se considera un problema de fertilidad irreversible.
A pesar de la adversidad, la pareja no se rindió y continuó sus intentos de concebir. Los médicos les recomendaron la fecundación in vitro (FIV) mediante la Inyección Intracitoplasmática (ICSI), que consiste en insertar el esperma directamente en el embrión para mejorar las probabilidades de concepción.
La pareja aceptó el tratamiento de fertilización in vitro y, tras completar un ciclo, tuvieron éxito con uno de los embriones. Dos semanas después, se enteraron de que Clarissa estaba embarazada.
Fue la mejor sensación del mundo.
– Clarissa
Oliver presentó algunos problemas al nacer, ya que nació tres semanas antes de lo esperado y, al llegar, su oxígeno bajó un 20 por ciento durante nueve minutos, lo que llevó a intubarlo de inmediato. Después de tres horas, lograron estabilizarlo y fue trasladado al área de Emergencia Neonatal.
Esperábamos que pudiera salir del hospital antes de Navidad, pero no fue así. Sabemos que está en el mejor lugar posible para recibir la atención que necesita. Él fue un milagro.
Sostener a Oliver por primera vez fue mágico.
-Carissa
Por ahora, su bebé sigue internado en el hospital, pero Carissa y Dave están ansiosos por tener a su pequeño en casa.