Cuidar de los hijos y mantener el hogar limpio y ordenado es una tarea esencial, aunque no resulta nada fácil. A pesar de ello, las mujeres que se dedican plenamente a sus hogares a menudo no reciben el reconocimiento que esta labor merece. De hecho, muchas veces su esfuerzo no es valorado ni siquiera dentro de su propia casa.
En ocasiones, la pareja de una mujer que, por diversas razones, se dedica al cuidado de los niños y a las múltiples tareas necesarias para mantener un hogar no toma estas labores en serio. Desafortunadamente, persiste el estigma de que las amas de casa “no hacen nada” o “son mantenidas”, como si las labores del hogar fueran sencillas o carecieran de valor. Por ello, cuando una ama de casa expresa que necesita tiempo para ella, suele ser recibida con sorpresa e incluso burla.
Llevaba meses sin un momento de paz
Una usuaria de Reddit compartió su experiencia con su esposo, ya que quería saber si había reaccionado de forma inapropiada. La pareja tiene un hijo de nueve meses; ella es ama de casa y él trabaja todo el día, pero por las noches juega con el bebé y lo duerme. En su post, mencionó que ser madre primeriza es complicado y que prácticamente se había olvidado de sí misma para cuidar a su pequeño, dado que habían pasado meses desde que tuvo un momento agradable para ella.
Un día, ella debía salir de compras debido a la proximidad de la boda de su hermana y deseaba comprar un vestido bonito e ir a cortarse el pelo; esos pequeños detalles que nos hacen sentir bien con nosotras mismas. Para ello, le pidió a su esposo, papá de su hijo, que cuidara del bebé por solo dos horas en su día libre. Él aceptó, pero no sin antes quejarse, dejando claro que solo se haría cargo de su propio hijo durante esas dos horas.
Las cosas no salieron bien
Ella se fue satisfecha a realizar sus diligencias, confiando en que su bebé estaba en buenas manos. Sin embargo, esa ilusión se desvaneció en los primeros 15 minutos, cuando su esposo comenzó a llamarla insistentemente preguntando cuándo regresaría. Ante la insistencia, decidió poner su teléfono en silencio buscando un poco de paz. No obstante, al revisar su celular un rato después, se encontró con una devastadora noticia.
Tenía más de 20 llamadas perdidas y un mensaje de texto que decía que debía regresar ¡inmediatamente! a su casa porque la cocina se estaba incendiando. Al saber que su esposo y su bebé estaban allí, se asustó enormemente, llamó a su hermana para que la llevara a casa y contactó a la policía. Además, su esposo no respondía su teléfono, lo que incrementó su miedo.
Todo había sido una mentira
Pero las sorpresas no terminaron ahí. Al llegar a su hogar, todo estaba en calma. No había incendio alguno. Al entrar, encontró a su esposo caminando de un lado a otro, quien le preguntó por qué se había tardado tanto. Ella, alarmada, le inquirió sobre el incendio en la cocina y él, sin ningún rubor, le respondió que la cocina estaba en perfecto estado, pero que él no. Al parecer, cuidar a su hijo durante cuatro horas era demasiado para él y tuvo que inventar un peligro para que su esposa regresara.
Ella quedó atónita. No podía creer que él hubiera jugado con algo tan serio, y para colmo, él se defendió diciendo que no era su culpa, argumentando que no habían acordado que él se haría cargo tanto tiempo del bebé. Ella explotó, diciéndole que era su primera salida desde que nació el bebé y que simplemente debió haberlo cuidado. Él no estuvo de acuerdo y la hizo sentir que cuidar al bebé era únicamente su responsabilidad. La discusión continuó sin llegar a un acuerdo.
El estrés de una ama de casa
Ella preguntó en el foro si la pelea había sido su culpa, y los usuarios que comentaron se pusieron de su lado, afirmando que cuidar de un bebé es responsabilidad de ambos padres, no solo de quien se queda en casa. En general, los usuarios coincidieron en que es increíble que su esposo haya llegado a tales extremos para evitar cuidar a su propio hijo por un par de horas.
Ser ama de casa es un trabajo sumamente demandante, y una mujer que elige quedarse en casa con sus hijos tiene un día tan ocupado como cualquier persona que trabaja en una oficina, y merece tener días de descanso, aunque sea para algo tan simple como ir a adquirir un vestido.