Durante años, se ha sostenido la idea de que los padrastros son figuras temibles y carentes de sentimientos, pero esto es un error absoluto. Para demostrarlo, tenemos a Diana Pérez y su padrastro Derlis, originarios de Paraguay, quienes son protagonistas de una conmovedora historia de apoyo, amor y familia.
Recientemente, Diana expresó su agradecimiento a su padrastro por todos los esfuerzos que hizo para que ella pudiera cursar dos carreras, y le obsequió una motocicleta que le permitirá trasladarse con mayor facilidad. Esta historia ha emocionado a muchos internautas.
Un padre de corazón
Diana agradeció los años de dedicación y amor que le brindó don Derlis desde que se casó con su madre. Ella soñaba con estudiar dos carreras, pero las dificultades económicas amenazaban con hacerla desistir. Sin embargo, su padrastro se comprometió a esforzarse para que ella pudiera lograr su objetivo, y aunque el camino no fue sencillo, cumplió su promesa.
Aún recuerdo la emoción que sentí al acercarme a decirles a él y a mi mamá que deseaba estudiar Derecho y Escribanía Pública. Mi mamá me respondió: ‘Hija, solo podremos pagarte uno’. Lloré y me encerré en mi habitación (era muy pequeña y no comprendía los sacrificios que hacen los padres). Fue entonces cuando este hombre se acercó y me dijo: ‘Trabajaré hasta que me duelan los dedos, pero vas a estudiar Derecho y Escribanía’. No pueden imaginar la felicidad que inundó mi corazón. Me sentí la hija más afortunada.
No saben cuántas veces he visto a este hombre cargar con el peso del trabajo para que yo pudiera estudiar. Con orgullo le digo que, gracias a su esfuerzo, me convertí en profesional. Hace 28 años asumió el compromiso de ser padre, incluso sin ser yo su hija biológica. Desde entonces, ha sido el mejor papá del mundo. (Mi padre biológico falleció en un accidente cuando yo apenas tenía un año) pero la vida me envió un ángel: mi papá, don Derlis.
El mejor agradecimiento del mundo
Jamás decepcioné a mis padres y logré finalizar exitosamente mis carreras. La vida me ha dado una segunda oportunidad y ahora puedo ofrecerles algo de lo que ellos me brindaron. Un agradecimiento especial a don Derlis, mi padre de corazón, un hombre trabajador y humilde con un corazón enorme que, al igual que yo, ama a los animales. Hoy en día, él es el encargado de un refugio de perritos que tengo (él contaba con una motocicleta muy vieja, que usó para ayudar a muchos animales; hoy, en su cumpleaños y por su amor a los animales, este es su regalo).
Él me hizo entrega de dos títulos universitarios y yo le obsequio este. Felicidades al hombre más noble.
Don Derlis financió los estudios de Diana sin ninguna queja ni reproche. Pasó largas horas en su taller de zapatería y sacrificó muchos de sus propios deseos para asegurar que ella y sus hermanos pudieran salir adelante. Su historia prueba que la verdadera familia no siempre se encuentra en los lazos de sangre, sino en el corazón.