Los adultos mayores han sido los más impactados durante la pandemia de covid-19, ya que, al ser el grupo más vulnerable, se han visto forzados a permanecer en aislamiento, alejados de sus seres queridos y de las actividades que más disfrutan.
Particularmente aquellos que residen en asilos o casas de asistencia para personas mayores han visto cómo se han cancelado las visitas hasta nuevo aviso. Por esta razón, la británica Nina Ambrose decidió conseguir empleo en el lugar donde su padre, quien padece alzhéimer, ha sido cuidado durante años, ya que no estaba dispuesta a abandonarlo.
La familia nunca se deja atrás
Nina dejó su trabajo como cosmetóloga para convertirse en voluntaria en el asilo de ancianos Manor Lodge, donde su padre con alzhéimer es residente. Su labor consiste en coordinar actividades y eventos para alegrar los días de todos los presentes.
Su padre, un camionero jubilado, ha estado lidiando con esta enfermedad durante 12 años. Su situación ha empeorado en los últimos seis meses debido a la pandemia, el confinamiento y las estrictas medidas que lo han mantenido alejado de gran parte de su familia.
Papá merece todo el cariño del mundo
Mi padre y yo siempre hemos tenido un vínculo muy especial.
Nunca antes había considerado hacer este trabajo, pero haría lo que fuera por ver feliz a mi padre. Siento que tengo mucho amor para dar. Me gusta hacer feliz a las personas y verlas sonreír.
Cuando Nina logró entrar al asilo y reencontrarse con su padre después de cinco meses sin verlo, las lágrimas no pudieron evitarse. Aunque él no siempre la recuerda, ella se asegura de llenarlo de amor.