La sensibilidad es una cualidad que no todos saben cultivar y, en ocasiones, sus comentarios y cuestionamientos terminan haciendo sentir mal a otras personas. Un caso ejemplar es el de una mujer dedicada al levantamiento de pesas que intentó abordar un vuelo, pero el personal de la aerolínea no se lo permitió. ¿La razón? Creían que era un hombre.
Anna Turaeva es una mujer rusa de 42 años que deseaba viajar de San Petersburgo a Krasnodar, su ciudad natal en Rusia. Sin embargo, el personal de la aerolínea Utair le pidió que “comprobara” que era mujer, sometiéndola a una serie de preguntas íntimas que le produjeron una gran humillación, ya que el interrogatorio se llevó a cabo frente a otros pasajeros del vuelo.
Anna ha sido campeona mundial en seis ocasiones y diez veces a nivel europeo, lo que ha implicado importantes sacrificios, incluido el de someterse a una cirugía para retirarse los senos, permitiéndole levantar más peso de manera cómoda. Sin embargo, enfatiza que esto no la hace menos mujer ni es motivo para que otros intenten humillarla por su apariencia.
“Me regañaron como a un niño delante de la gente en la fila. Estaban interesados en quién soy, en mi vida y en mis costumbres en la cama. Fue humillante. No quise ser grosera, pero me sentí indefensa. Traté de demostrarles que soy una mujer.”
– Anna Turaeva
Reconoce que ser criticada y señalada no es algo nuevo para ella, pero también ha expresado que es feliz con su cuerpo y la vida que lleva. Durante este desafortunado encuentro, Anna mantuvo la calma y les explicó las modificaciones que había hecho en su cuerpo, pero las preguntas incómodas continuaron hasta que se cansaron.
“Hice todo lo posible para que me creyeran en mi verdadera naturaleza. Entonces ocurrió un milagro: me permitieron abordar el avión.”
Tras que Anna revelara lo sucedido, la aerolínea le ofreció disculpas y le aseguró que se investigará el incidente con su personal. También le prometieron que no volverá a ocurrir una situación similar. Esperemos que así sea, y que esta mujer pueda viajar sin ningún problema ni someterse a experiencias tan humillantes como la que vivió en esta ocasión.