La crianza de los hijos es fundamental para cualquier padre, y el objetivo principal es que sus pequeños crezcan como personas de bien. Mientras algunos son excesivamente permisivos, otros optan por la disciplina para guiar a sus hijos. Este es el caso de una madre que, al enterarse de que sus hijos habían sido maleducados con el conductor del autobús escolar, decidió que debían caminar hasta la escuela como parte de su castigo.
Jenn Brown es una mujer de Harrow, Ontario, Canadá. Tras recibir una llamada de la escuela informándole que sus hijos habían sido muy groseros con el conductor del autobús, decidió establecer un castigo que les hiciera reflexionar.
No me considero una mala madre, pero a veces pienso que hay mejores maneras de abordar este tipo de situaciones.
Jenn reflexionó que si sus hijos, de 7 y 10 años, no sabían comportarse correctamente en el autobús, era porque no estaban listos para usarlo. Por eso, decidió hacerles caminar más de siete kilómetros hasta la escuela.
La madre compartió en Facebook dos fotos de sus hijos bajo el castigo, donde uno de ellos porta un cartel que dice: “¡Fuimos malos y groseros con nuestro conductor! Mamá nos hizo caminar”.
Mi intención era que comprendieran la importancia del papel que juega el chófer en su día a día. Los hice recorrer la misma distancia que tendrían que caminar si el conductor decidiera bajarlos del autobús.
Jenn dejó claro a sus hijos que no volverían a subirse al autobús hasta que su comportamiento mejorara. El cartel lo hizo para asegurarse de que nadie se detuviera a ofrecerles un aventón.
Esta fue mi forma de reaccionar como madre; hice lo que creí que les ayudaría a entender que el autobús es un privilegio, no un derecho. ¿Es excesivo hacerles caminar 7.2 km? Sí, pero consideré que no había otra manera de enseñarles.
Su publicación se volvió viral y generó una variedad de reacciones. Algunos elogiaron su decisión, mientras que otros criticaron, sugiriendo que existían métodos menos severos de corrección.
Después de recibir numerosas críticas, la madre se mostró arrepentida de haber publicado las fotografías, ya que no esperaba que se hicieran tan virales. Sin embargo, mencionó que su hijo mayor comprendió la lección de inmediato, mientras que el menor tuvo más dificultades, así que lo hizo caminar nuevamente a la escuela, esta vez sin compartirlo en redes.
¿Pensé que a muchas personas les interesaría saber que estaba acompañando a mis hijos a la escuela? Absolutamente no. ¿Lo habría publicado en Facebook si este fuera el resultado? Definitivamente no.
A pesar de las críticas, Jenn se quedó con un valioso aprendizaje, pues el chófer del autobús escolar le agradeció con una tarjeta.
Me dio la sensación de que estaba tomando un rol activo en la educación de mis hijos, y el chófer mostró gratitud por mis esfuerzos por corregir su conducta. ¿Lo haría de nuevo? Sí, pero sin el cartel.
Al final, las enseñanzas y consejos que ofrecen los padres son lo que sus hijos recordarán para siempre. Jenn puede ser un ejemplo para muchos padres, o ¿crees que su castigo fue excesivo?