La pandemia de Covid-19 provocó transformaciones en el ámbito estudiantil, incluyendo la implementación de clases virtuales, cargas excesivas de tareas, exámenes sin “acordeón” y, lamentablemente, la cancelación de numerosas ceremonias de graduación. Rachel Chapman, una estudiante de Carolina del Norte, Estados Unidos, vio cómo sus planes de graduación se desmoronaban y sintió que todo su esfuerzo había sido en vano, hasta que el pequeño Curtis Rodgers, de 7 años y a quien cuida, logró improvisar un baile de graduación en el jardín de su casa.
Cuando llegó el tan esperado día, Curtis se vistió con un elegante esmoquin azul, preparó una rica merienda, bailó con Rachel y disfrutaron de una sesión de fotos muy especial. Ella se sintió increíblemente agradecida y sorprendida, ya que solo lo había cuidado durante un año, lo que hace que este gesto sea aún más significativo para ella.