Sinibí Jípe ha evolucionado de ser un proyecto a convertirse en una microempresa. Comenzó con la producción de sudaderas que presentan diseños rarámuri, y más tarde su fundadora, Luisa Fernanda Martínez, identificó una oportunidad significativa en la confección de cubrebocas que capturan la esencia de esta comunidad indígena, conocida también como tarahumara, originaria del estado de Chihuahua en México.
En la actualidad, el taller cuenta con 15 mujeres rarámuris que participan en la producción de estas prendas, que son completamente elaboradas a mano, utilizando telas coloridas que representan su cultura y que incluyen un filtro de material quirúrgico común. Además, cada cubrebocas es único y lleva la firma de la artesana que lo confeccionó.
Han logrado cruzar fronteras
Debido a la alta demanda, Sinibí Jípe ha podido expandirse y ha alcanzado un reconocimiento internacional por su innovación y calidad en la producción de cubrebocas que contribuyen a la prevención de contagios por Covid-19. Han realizado envíos a Estados Unidos, Canadá, Francia y Alemania.
Grandes oportunidades en el aire
Recientemente, la empresa recibió un contrato por parte de la aerolínea Volaris para distribuir estos productos entre sus pasajeros y personal de vuelo.
Todo con una buena intención
Sinibí Jípe se compromete con el desarrollo integral de sus artesanas, busca mejorar sus condiciones de vida, garantizar el bienestar de ellas y sus familias, y contribuir a la preservación de la cultura de la costura rarámuri.