Muchas de nosotras nos enteramos a través de redes sociales y medios de comunicación sobre la trágica explosión que devastó la capital de Líbano el pasado martes 4 de agosto. Las imágenes que llegaron a nuestros ojos fueron realmente escalofriantes.
Hasta el momento, se ha confirmado que más de 130 personas han perdido la vida y miles han resultado heridas. Además, la infraestructura de varias áreas de la ciudad ha quedado completamente destruida.
En medio del caos, una luz de esperanza
El hospital Al Roum es uno de los pocos en la región que no fueron completamente destruidos por la explosión, como lo retrata una fotografía tomada por Bilal Jawich, un fotógrafo que ha estado informando sobre la catástrofe para mantener al mundo al tanto.
En la imagen se ve a una enfermera sosteniendo a tres recién nacidos en brazos mientras intenta realizar una llamada telefónica. Esa valentía y fortaleza es precisamente lo que Beirut necesita en estos momentos, pues no solo los recién nacidos requieren atención de las enfermeras.
Años de retos significativos
Bilal es un hombre que ha dedicado gran parte de su vida al periodismo, y sabe que la última década ha sido complicada. Sin embargo, nunca antes se había encontrado con una situación como la de Beirut.
Han sido 16 años trabajando en prensa y enfrentándose a múltiples conflictos. Puedo afirmar que no he presenciado lo que vi hoy en la zona de Ashrafiya, especialmente frente al hospital. Esta ‘campeona’ me ha dejado profundamente conmovido, sosteniendo a tres recién nacidos rodeada de cadáveres y heridos.
—Bilal Jawich, fotógrafo periodístico libanés
El mundo necesita más mujeres como ella
Si bien se informó sobre la muerte de cuatro enfermeras en Al Roum, y muchos pacientes han sido catalogados como heridos, la fortaleza de esta mujer es digna de admiración, ya que se quedó dentro del hospital para ayudar a los más vulnerables.
Se desconoce el nombre de esta heroína, así como la cifra total de heridos y fallecidos en Beirut, pero a pesar de esta gran tragedia, aún podemos encontrar el destello de buenas acciones de otros alrededor del mundo.