Hoy en día contamos con Netflix, Amazon, HBO y otras plataformas que nos permiten disfrutar de cientos de películas desde la comodidad de nuestro hogar. Sin embargo, hace algunos años, era necesario acudir a un videoclub para alquilar una cinta y, tras unos días, devolverla para que otro usuario pudiera disfrutarla también.
Cuando los videoclubs cerraron, muchos se quedaron con las cintas, sin saber que estaban cometiendo uno de los delitos más graves. Este fue el caso de una mujer en Estados Unidos, quien se olvidó de devolver una película en 1999 y terminó convertida en la criminal más buscada.
No sabía que era una delincuente
Actualmente, Caron McBride reside en Texas, Estados Unidos, y se dio cuenta de que era buscada por la policía cuando intentó cambiar su apellido en la licencia de conducir y fue detenida. Según las autoridades, se le acusa de un delito serio: no devolver una cinta de VHS que alquiló en 1999 mientras vivía en Norman, Oklahoma.
‘Sabrina, la bruja adolescente’ la hizo una prófuga
Tras comunicarse con la oficina del fiscal del distrito de Cleveland, le informaron que era buscada por malversación de una propiedad alquilada. Indignada, comenzó a investigar y descubrió que, según documentos policiales, el videoclub Movie Place la había acusado de no devolver un casete de ‘Sabrina, la bruja adolescente’ en la fecha estipulada.
Al principio, quedó sorprendida, ya que el lugar ni siquiera existe hoy en día. Además, aseguró no recordar haber alquilado el casete, mucho menos haber visto la serie en alguna ocasión.
Su pareja en aquel entonces pudo haber sido el culpable
Al reflexionar sobre la situación, Caron mencionó que quizás el responsable de todo esto fue su pareja de 1999, quien utilizaba la tarjeta del videoclub.
En la mayoría de las tiendas de videos, los clientes contaban con una tarjeta de socio que les permitía alquilar sin necesidad de identificación. Sin embargo, las políticas variaban en las tiendas más pequeñas. «Creo que le autoricé a mi expareja a alquilar videos de la tienda y él jamás los devolvió», comentó.
Afortunadamente, los abogados le explicaron que no existía ninguna víctima porque el local había cerrado hace varios años. Aún así, el estado intentó procesarla, ya que se presentaron cargos y existía una orden judicial en su contra. Recientemente, el condado revisó los alegatos y desestimó la acusación, eliminándola, ya que la empresa ya no existe. Se podría decir que en esta ocasión se libró de la cárcel, pero “hey, las risas no faltaron”.
