La pandemia de covid-19, proclamada como emergencia sanitaria por la Organización Mundial de la Salud (OMS), ha sido la crisis de salud global más significativa de nuestro tiempo y uno de los mayores desafíos que hemos enfrentado.
Desafortunadamente, muchos hemos sido testigos de familias que se han desmoronado debido a esta dolorosa situación sanitaria. La pérdida de un ser querido siempre es difícil de sobrellevar, pero perder a las tres personas más cercanas en tu vida es devastador. Lamentablemente, esto le sucedió a Rocío Barberá, una mujer de 32 años, quien perdió a sus padres durante la segunda ola de covid-19 en Chile.
El 19 de abril de 2021, su madre fue ingresada por covid-19 y falleció un mes después. A los pocos días, su padre también se convirtió en víctima del virus. Y, para colmo, en noviembre, Rocío enfrentó otra tragedia cuando su hijo de 12 años, que había padecido parálisis cerebral desde su nacimiento, también falleció.
De vivir con ellos tres, quienes eran mi razón de existencia, quedé completamente sola. Fueron tres golpes durísimos y difíciles de afrontar; sentí que ya no tenía por quién seguir luchando.
A pesar de su inmenso dolor, Rocío reunió la fuerza necesaria y decidió retomar su carrera como profesora de Matemáticas en el Instituto de Educación Superior de Maipú, Chile, logrando graduarse el pasado 17 de diciembre.
Rocío compartió lo agradecida que estaba por haber soñado con el momento en que saldría del examen, abrazando a sus padres, agradeciéndoles y celebrando juntos la meta cumplida, pues ellos fueron sus pilares en la crianza de su pequeño hijo.
Con el título en mano, se proyecta buscando trabajo en el ámbito educativo, aunque también incursionará en programación.
Sin duda, el año pasado fue un verdadero reto para la admirable Rocío, quien, a pesar de su pérdida, con su gran optimismo, ha sabido salir adelante. Estamos seguros de que sus tres ángeles están tan orgullosos de ella como lo estamos nosotros. ¡Felicidades, Rocío!
