En la ciudad de Esquel, Argentina, una perrita falleció abrazada de su dueño al no poder soportar el estruendoso ruido generado por la pirotecnia. Esta triste y conmovedora historia fue compartida en redes sociales por Antonella Modasjazh, dueña de la perrita, y por la organización de protección animal Adoptá-Esterilizá-Educá (ADAE).
Todo parece indicar que la perrita sufrió una crisis nerviosa debido al constante y ensordecedor estruendo de los fuegos artificiales. A pesar de que sus dueños intentaron ayudarla, fue en vano.
Tu diversión pone en riesgo su vida
Antonella compartió la devastadora noticia:
¡Ella era nuestra querida mascota! Se llamaba Magui y acaba de fallecer. Era mayor y le tenía un gran miedo a la pirotecnia. No sabíamos dónde más esconderla, mientras otros se divertían, ella estaba sufriendo terriblemente. Sufrió un ataque, llamamos a todos los veterinarios de Esquel para que nos asistieran, pero ninguno nos atendió.
Se ha hablado en numerosas ocasiones sobre el peligro que representa la pirotecnia tanto para mascotas como para humanos, pero poco se ha hecho para prevenirlo. Es verdaderamente lamentable que solo al ver tragedias como la de Magui, cambiemos nuestra forma de pensar y optemos por alternativas de diversión más seguras.
Es momento de cuidarnos unos a otros
La perrita perdió la vida en los brazos de mi hijo, pidiéndome que llamara a alguien para que la ayudara. Lamentablemente, estamos llorando su partida con el corazón de mis hijos roto y el mío, al no haber podido hacer nada.
Al final, ni los abrazos ni el amor de su dueño fueron suficientes para salvar a Magui, quien llegó a un punto sin retorno al sentirse desesperada, confundida y aterrorizada.
Es hora de reflexionar, de dejar de poner nuestra «felicidad» por encima del bienestar de los demás y de ser más empáticos con los seres vivos que nos rodean.
