sábado, mayo 10, 2025

Maestro comparte sus zapatos con un estudiante de escasos recursos.

Es habitual que en las ceremonias de graduación se demande a los alumnos un código de vestimenta para que suban al estrado y reciban su diploma de la manera más formal posible. Sin embargo, ¿qué pasa si el alumno no tiene este tipo de ropa o no se siente cómodo usando estas prendas?

Lo más probable es que asista a la entrega de diplomas con lo que mejor le quede, lo cual no debería ser un problema; sin embargo, para un joven que terminó sus estudios en la secundaria en Baltimore, Estados Unidos, sí lo fue. Afortunadamente, su profesor salió al rescate, generando una ola de aplausos en internet. A continuación, te contamos por qué.

Alumnos celebrando su graduación; Profesor le presta sus zapatos a alumno para que suba al estrado a recibir su diploma (2)

Durante la graduación y a pocos minutos de subir al escenario, las autoridades escolares informaron a un joven que no podía acceder a recoger su diploma debido a que no llevaba los zapatos apropiados para el evento.

Este desafortunado momento dejó al chico en una situación complicada, ya que no tenía zapatos adecuados ni en casa ni a su lado, simplemente estaba usando zapatillas deportivas. Creyendo que todo su esfuerzo se había perdido, se dirigió a su profesor, John Butler, quien no tardó en ofrecer su ayuda.

Profesor junto a su alumno; Profesor le presta sus zapatos a alumno para que suba al estrado a recibir su diploma

El profesor Butler no dudó en quitarse sus propios zapatos para prestárselos a su alumno. Aunque el chico aceptó la ayuda, los zapatos le quedaban un poco grandes, por lo que tuvo que caminar arrastrando los pies para que nadie notara lo que ocurría, ni siquiera quienes se negaron a permitirle subir al escenario con sus zapatillas deportivas.

La historia fue compartida por el profesor en Facebook, ganándose el respeto, admiración y cariño de miles de internautas.

Él se acercó y me dijo: ‘Sr. John, no me dejan graduarme porque no tengo los zapatos adecuados para el código de vestimenta. Dice la señora de ahí abajo que no puedo subir para obtener mi diploma por los zapatos que llevo puestos’.

Entonces, le di mis zapatos. Y aquí viene la parte divertida: mis zapatos eran dos tallas más grandes que los suyos. Cuando lo llamaron, tuvo que deslizar sus pies por el escenario para recibir su diploma. Nos reímos mucho.

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