La líder de la organización y colectivo ruso feminista Pussy Riot, Maria Alyokhina, se unió a miles de rusos que han abandonado su país desde que el presidente Vladímir Putin envió tropas a Ucrania el 24 de febrero.
Según informa The New York Times, Alyokhina logró escapar con la ayuda de personas externas y amigos, disfrazándose de repartidora de comida a domicilio para evadir la creciente represión impuesta por Putin desde el inicio del conflicto en Ucrania.
Alyokhina, de 33 años, captó la atención de las autoridades rusas y del mundo en general cuando su agrupación organizó una protesta contra el autoritarismo de Putin en la Catedral de Cristo Salvador en Moscú, en 2012.
En menos de un año, la músico y activista fue arrestada en seis ocasiones, antes de ser condenada a un año de arresto domiciliario por manifestarse en apoyo al crítico del Kremlin, Alexei Navalny, en septiembre de 2021.
Sin embargo, ahora que Putin ha intensificado la represión ante cualquier crítica al conflicto bélico, a finales de abril, un tribunal de Moscú ordenó la detención de la vocalista de Pussy Riot por incumplir los términos de su libertad condicional, condenándola a pasar 21 días en prisión.
Al enterarse de que su arresto domiciliario se había convertido en una sentencia de prisión, Alyokhina decidió huir de Rusia y buscar refugio en Lituania. La noticia fue reportada por The New York Times, que también detalló la ingeniosa estrategia empleada por la activista para cruzar la frontera rusa, al menos temporalmente, sin ser capturada por las autoridades.
Alyokhina, quien se ocultaba en el apartamento de una amiga en Moscú, se declaró fugitiva una vez que logró escapar disfrazada de repartidora de comida a domicilio. Para evitar ser rastreada, dejó su teléfono móvil. Con la ayuda de un amigo, llegó a la frontera de Bielorrusia y tardó una semana en cruzar a Lituania, donde accedió a ser entrevistada por el medio estadounidense.