Uno de los eventos que más sorprendió a los seguidores de la saga El Conjuro fue descubrir que la tercera parte, estrenada el 3 de junio, se basa en un caso real que tuvo lugar en los años 80.
Patrick Wilson y Vera Farmiga regresan como los investigadores paranormales Ed y Lorraine Warren, y al igual que en las entregas anteriores, El Conjuro 3 se inspira en un crimen controvertido con vínculos al mundo sobrenatural.
El caso en cuestión es el de Arne Cheyenne Johnson, un joven de 19 años acusado de asesinar a su casero, Alan Bono, en febrero de 1981. Durante el juicio, la defensa ganó notoriedad por ser la primera en alegar posesión demoníaca en una corte de Estados Unidos.
La defensa logró sostener su argumento gracias al testimonio de Debbie Glatzel, la prometida de Johnson, quien declaró que su hermano de 11 años había sido poseído por un demonio meses antes del asesinato.
La historia inicia en julio de 1980, cuando David Glatzel, un niño de 11 años, ayudaba a Johnson a limpiar la nueva propiedad que iba a compartir con Debbie. En ese lugar, David experimentó y fue testigo de una presencia oscura que lo amenazaba.
Durante los meses siguientes, el comportamiento de David se volvió extraño, hasta el punto de que los Warren fueron contratados para diagnosticar y curar el mal que lo rodeaba. La famosa pareja afirmó haber presenciado varios eventos paranormales.
Mientras Ed entrevistaba al niño, vio una figura oscura y difusa a su lado, lo que le hizo entender que estaban frente a algo de manera negativa. Casi de inmediato, el niño se quejaba de que manos invisibles intentaban asfixiarlo, y tenía marcas rojas en el cuello. David dijo que sentía como si alguien lo golpeara.
Lorraine también mencionó que David hablaba en lenguas extrañas, usando voces inusuales y citando pasajes de la Biblia que nunca había oído antes. Por su parte, Debbie Glatzel afirmó que su hermano escupía, golpeaba y maldecía a todos a su alrededor.
Los Warren realizaron tres exorcismos sobre el pequeño David, con la supervisión de varios sacerdotes locales. Según testigos, Johnson intentó ayudarles durante uno de los exorcismos, pidiéndole a los demonios que dejaran en paz a su prometida.
Tras este suceso, los episodios erráticos de David comenzaron a cesar, pero casi simultáneamente, el comportamiento de Johnson se deterioró, comenzando a alucinar, ladrar e incluso perdiendo la memoria durante períodos prolongados.
El 16 de febrero de 1981, Johnson salió a comer con Glatzel y Bono, quién había bebido en exceso. Más tarde ese mismo día, Johnson y Bono comenzaron a discutir, y según lo declarado en juicio, Johnson sacó un cuchillo de cinco pulgadas y atacó a Bono repetidamente.
Bono falleció en el hospital a causa de sus heridas. Mientras tanto, Johnson fue encontrado a cinco kilómetros de la escena del crimen y, posteriormente, fue arrestado. Al día siguiente, Lorraine informó que Johnson había estado poseído cuando cometió el crimen, atrayendo la atención de los medios hacia el caso.
El juicio comenzó el 28 de octubre de 1981, y Martin Minella, el abogado de Johnson, argumentó que este no era culpable del asesinato, ya que en realidad estaba poseído por un ente demoníaco que lo forzó a actuar de esa forma.
A pesar de las pruebas, testimonios y grabaciones de los Warren y Debbie Glatzel, Johnson fue condenado a un mínimo de 10 a 20 años por el asesinato en primer grado de Alan Bono el 24 de noviembre de 1981. Finalmente, Johnson solo cumplió cinco años en prisión.
Los Warren fueron objeto de críticas por parte de los medios y se cuestionaron los eventos ocurridos durante su participación antes y después del asesinato. No obstante, la pareja siguió defendiendo que Glatzel y Johnson realmente fueron poseídos por entidades demoníacas.
Ed falleció el 23 de agosto de 2006, mientras que Lorraine murió el 18 de abril de 2019.