Cuando una pareja con hijos decide separarse, es inevitable que deban mantenerse en contacto, en mayor o menor medida, para que los niños puedan crecer con ambos padres y no pierdan el vínculo. Por ende, siempre habrá cierta cercanía entre los exesposos, aunque esta deberá ser controlada y sin excesos.
En medio de un proceso de divorcio que hasta ahora ha sido aparentemente amigable, aunque no ha estado libre de algunas controversias, Kanye West ha vuelto a acaparar la atención de los medios. ¿La razón? La mansión que ha adquirido recientemente.
¿Simple coincidencia?
Recientemente, se confirmó que el rapero compró una mansión en una ubicación bastante estratégica. Su nueva casa está en Hidden Hills, California, lo que no sería particularmente notable, de no ser por un pequeño detalle: su vecina de enfrente es su exesposa, Kim Kardashian, quien se quedó con la casa que ambos compartían.
Sin embargo, afirmar que Kim se quedó con la casa es una simplificación, ya que le pagó a Kanye los 23 millones de dólares que le correspondían a él de la propiedad para que la vivienda quedara únicamente a nombre de la socialité.
Aparentemente, la mansión que adquirió Kanye tenía un precio de 3.7 millones de dólares, pero él pagó 4.5 millones por ella y cuenta con cinco habitaciones, piscina, corral para caballos y establo.
Esta noticia surge justo semanas después de que Kim solicitara de manera legal que su estado civil fuera cambiado a “soltera” para deshacerse del apellido “West”. Definitivamente, se trata de una compra muy conveniente para Kanye, quien ha expresado su deseo de que Kim regrese con él, mientras ella parece decidida a cerrar este capítulo de su vida.
