sábado, mayo 3, 2025

Inaugura una tienda sin gerente y confía en que los clientes cumplirán con sus pagos.

En la actualidad, es cada vez más frecuente observar que las tiendas de autoservicio realmente operan como un autoservicio, donde los clientes seleccionan los productos, los cobran, los pagan y los empaquetan por sí mismos. Un ejemplo de esto son los supermercados de Amazon, que están presentes en algunas partes del mundo.

Inspirado en este concepto, Verginio Moretti, un hombre originario de Brasil, decidió abrir una pequeña tienda en su comunidad, donde las personas tienen la libertad de atenderse a sí mismas y dejar el dinero en la caja del lugar. Este modelo ha tenido un gran éxito, y muchos ya están considerando replicarlo.

Verginio Moretti fuera de su tienda; Hombre abrió una tienda que no tiene supervisores, confía en que los clientes le pagarán

Verginio Moretti lleva más de 20 años cosechando frutas y verduras, y al mismo tiempo mantiene una pequeña tienda donde vende sus productos. Sin embargo, la pandemia aumentó drásticamente la demanda de alimentos no procesados, lo que le dificultó estar presente en ambos lugares al mismo tiempo.

La situación era complicada; no quería cerrar su tienda, pero tampoco podía prescindir de sus cosechas o contratar a un empleado adicional. Entonces, recordó las comentadas tiendas de Amazon, que funcionan sin empleados en cajas o en el área de empaquetado, donde los clientes se sirven, cobran y empaquetan sus compras. Así que decidió implementar este modelo en su pequeño negocio.

En varias ocasiones, la tienda permanecía cerrada, y ante la imposibilidad de contar con presencia constante de personal, optó por abrir sin un asistente. Durante sus viajes, había visto tiendas de este tipo que funcionaban, y siempre había deseado tener una igual.

Tienda; Hombre abrió una tienda que no tiene supervisores, confía en que los clientes le pagarán

Poner en marcha su idea representaba un gran riesgo, ya que existía la posibilidad de que algunas personas entraran y se llevaran los productos sin pagar o incluso que hurtaran el dinero de la caja que había sido confiada por clientes honestos.

A pesar de esto, decidió confiar en la comunidad, y para su sorpresa, las personas comenzaron a atenderse a sí mismas y a pagar por lo que consumían. Esta experiencia le demostró a Verginio y a la sociedad que es posible confiar en otros, que los valores aún residen en las personas y que, con la colaboración, todo es factible.

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