Cuando una mujer de 83 años en Bodmin, Reino Unido, fue reportada como desaparecida, sus vecinos no tenían idea de cómo localizarla. Un grupo de voluntarios que intentó buscarla pasó horas recorriendo diversas áreas de la ciudad sin resultados positivos.
Afortunadamente, su gatito negro llamado Piran logró alertar a los vecinos al maullar y guiarlos hacia una zanja de más de 20 metros donde su dueña había caído accidentalmente. Aunque parecía una caída seria, la dueña de Piran no sufrió heridas graves, ya que los rescatistas lograron encontrarla a tiempo.
El área era complicada de explorar, ya que había que atravesar una plantación de más de dos metros de altura. Sin embargo, fue Tamara Longmuir, una mujer de 38 años y vecina de la desaparecida, quien encontró a Piran maullando sin control a pocos metros de la zanja.
El gato estaba muy apegado a ella y corría de un lado a otro entre la entrada del cultivo y la zanja, maullando sin parar, así que decidí seguirlo.
Justo cuando estaba a punto de regresar y buscar en otra parte del cultivo, escuché que alguien respondía a mis gritos. Fue entonces cuando me di cuenta de que mi vecina estaba al fondo de la zanja de 20 metros. Había pasado por la baranda de púas y estaba tirada en el fondo, creo que llevaba ahí varias horas.
Longmuir logró descender con cuidado para alcanzar a su vecina, verificar que no tuviera heridas graves y regresar a buscar ayuda. La mujer de 38 años declaró que su vecina había intentado usar su teléfono para pedir ayuda, pero en esa área no había señal.
Los rescatistas llegaron rápidamente. Después de dos horas, lograron sacarla y llevarla en una ambulancia. Si el gato no hubiera estado esperándonos para guiarnos hacia donde estaba, habrían pasado muchas horas antes de que alguien la encontrara.