El desayuno es la comida más esencial del día; ese instante matutino nos proporciona la energía que necesitamos para afrontar la jornada. Sin embargo, en el caso de los niños pequeños, la dinámica familiar se transforma, ya que ellos no siempre consumirán todo lo que se les ofrezca en su plato. Por lo tanto, es fundamental ser ingenioso y utilizar nuestras habilidades manuales para convertir la hora del desayuno en una experiencia lúdica que les permita nutrirse mientras exploran nuevos sabores y texturas.
Maleen Macatangay, una madre joven de Pensilvania, enfrentaba dificultades para que su hijo disfrutara del desayuno, por lo que decidió personalizar sus comidas con personajes de televisión para despertar su interés. No fue sencillo, pero logró el objetivo. Al principio, solo hacía bolas de arroz con formas de animales o sándwiches de Bob Esponja. Con el tiempo, el desafío creció y los resultados se volvieron aún más impresionantes.
Se necesita mucha destreza, paciencia y especialmente tiempo, pero con la práctica todo se hace más sencillo. Maleen documentó sus creaciones en redes sociales, y son auténticas obras de arte.