Hay dos tipos de personas: aquellas que se rinden y aquellas que buscan soluciones a sus problemas. Romina, con solo 11 años, pertenece al segundo grupo.
Después de que las clases presenciales se cancelaran en Argentina debido a la pandemia de Covid-19, la pequeña enfrentó un gran desafío: no tenía acceso a internet en su hogar; apenas contaban con los servicios básicos.
Encontró la solución
Romina decidió caminar 3 kilómetros diariamente a través de la sierra cordobesa para obtener una señal de internet y conectarse para estudiar, ¡sin importar si hacía sol o llovía!
Semanalmente enviaba su tarea por Whatsapp y luego recibía las respuestas con las actividades completas. Se comunicaba para recibir feedback. Romina es la primera en establecer contacto. Soy su maestra desde nivel inicial, así que he podido observar de cerca toda su evolución y conozco varias de sus habilidades: es extremadamente inteligente y resolutiva.
-Sandra, profesora de Romina
Nadie conocía su situación
Sandra, su profesora, no estaba al tanto de la situación de su alumna. Un día, por casualidad, escuchó a la madre de la niña decir: “Apúrate, Romi, que tenemos que volver a casa a preparar el almuerzo”. En ese momento, le preguntó dónde se encontraba y Romina respondió: “En la lomita, porque no tengo señal en casa para descargar las actividades”.
La profesora se sorprendió
Romina había improvisado un pupitre sobre la pirca del monte. Llevaba sus útiles, lápices y mochila, todo como en clase. Pensé, ¡qué compromiso y qué voluntad de progreso! Tanto ella como su madre podrían haberme dicho “mira, no tenemos acceso” o “no podemos continuar con las tareas por esta o aquella razón”, y en todos estos meses jamás pusieron una excusa.
Después de que su historia se hiciera conocida en un noticiero argentino, un grupo de proveedores de internet se ofrecieron a brindarle el servicio de forma gratuita.
Ahora todo es más sencillo
Con la conexión en casa, Romina puede estudiar con mayor agilidad y sin la preocupación del clima.
Estamos agradecidos por la solidaridad de la gente, nos ha cambiado la vida.
-Claudia, madre de Romina