¿Qué querías ser cuando tenías seis años? Muchas de nosotras decíamos doctora, bombera, policía, y la más fascinante de todas: ser astronauta, explorar el espacio exterior, subir a un cohete y conocer otros planetas.
Aunque muchas abandonamos ese sueño, Diana Trujillo no lo hizo y nos demuestra que lo mejor apenas comienza para ella. Tras arduo esfuerzo y sacrificio, comenzó a liderar una de las misiones más significativas de la Administración Nacional de la Aeronáutica y del Espacio de los Estados Unidos, conocida como la NASA.
El inicio de un sueño
Diana es originaria de Cali, Colombia, y aunque su país posiblemente no le ofrecía todas las oportunidades para cumplir su gran sueño, nunca se rindió. Siempre mantuvo en mente las metas que deseaba alcanzar.
Así comenzó su gran aventura. En el 2000, a los 17 años y recién egresada de la preparatoria, Diana decidió emigrar a Estados Unidos en busca de nuevas oportunidades.
Persistencia y dedicación
Al llegar a Estados Unidos, Diana no hablaba inglés, pero no dudó en tocar puertas y empezó a trabajar limpiando casas. Con su esfuerzo, logró ahorrar para estudiar y, eventualmente, trabajar en la NASA, a pesar de la difícil situación de su familia, de la cual enviaba parte de su salario a su madre y hermanos.
Con algo de dinero ahorrado y tras haber empezado a aprender inglés, Diana se financió sus estudios en ciencias espaciales, lo que le permitió estudiar ingeniería aeroespacial. Gracias a su excepcional desempeño, obtuvo una beca que le ayudó a reducir sus gastos.
Con fe y dedicación, todo es posible
En 2006, Trujillo logró ingresar a la NASA para realizar su servicio social, convirtiéndose en la primera inmigrante latinoamericana en entrar a dicho programa.
Poco a poco, Diana comenzó a alcanzar el éxito y su desarrollo profesional fue notable. Actualmente, es una de las líderes del proyecto Curiosity, encargado de realizar muestreo de superficie en Marte.
Logros aún más grandiosos
Después de varios años en la NASA, lideró el lanzamiento del Perseverance Rover, que se realizó el 30 de julio y se estima que llegará a Marte el 18 de febrero de 2021. Esto sin duda refleja el gran empoderamiento femenino que Diana representa y comparte para inspirar a muchas otras mujeres.
La gente debe dejar de pensar que para trabajar en la NASA hay que ser un genio con múltiples posgrados. Yo empecé sin tener un buen dominio del inglés, atrasada en la universidad, y ahora estoy aquí gracias al impulso de mi raza, que me enseñó a no rendirme.
Debemos ser reconocidas como parte de la ciencia. Quiero aumentar la cantidad de mujeres latinas en el espacio, que las niñas entiendan que pueden lograr lo que yo hago y mucho más. Pero primero deben vernos y ahí comenzaremos a contar nuestras historias. Si no nos ven, seremos solo una voz que se desvanece sin fuerza ni apoyo. Es nuestro deber elevar las voces femeninas, porque no somos invisibles ni menos capaces. Somos igual de inteligentes que cualquier hombre.
—Diana Trujillo, ingeniera de la NASA