lunes, mayo 5, 2025

Chico se emociona y abraza con fuerza a su niñera tras 30 años.

En ocasiones, los padres y madres necesitan contar con una niñera que cuide y críe a sus hijos. Estas mujeres dejan una huella imborrable en el corazón de los pequeños, ya que son ellas quienes les ayudan con sus estudios, preparan la comida y juegan a su lado.

Este fue el caso de Dell Zhafry Fuad, un hombre originario de Berjuntai Tin Dredging, en Malasia, quien tuvo una infancia increíble gracias a los cuidados de su niñera Kak Mala, con quien se reunió después de 30 años. Su reacción ha conmovido las redes sociales con su ternura.

fotografía infantil; Joven llora al abrazar a su niñera después de 30 años

Dell Zhafry compartió en su cuenta de Facebook una fotografía del reencuentro con su niñera. En esa publicación, explicó que cuando Mala cuidó de él y sus hermanos, ella también era muy joven, pero debido a las dificultades económicas que atravesaba su familia, comenzó a trabajar como niñera. Así llegó a sus vidas como un ángel terrenal.

La hermana Mala solo tenía 14 años cuando nos cuidó en 1988. Ella nos atendió y alimentó como si fuéramos sus propios hijos.

Dell Zhafry también comentó que Mala cuidó de él y sus hermanos como si fueran de su propia sangre; nunca llegaba tarde a casa y siempre estaba dispuesta a ayudarles con sus tareas o jugar por las tardes.

joven junto a su niñera; Joven llora al abrazar a su niñera después de 30 años

A pesar de la buena relación que tenían, Dell Zhafry dejó de ver a Mala cuando sus padres decidieron mudarse a otra ciudad. Sin embargo, 30 años después, él regresó y no descansó hasta encontrarla. Su reencuentro estuvo lleno de emociones, lágrimas y abrazos de agradecimiento.

Esta foto fue capturada después de 30 años de nuestra separación, luego de que mi familia se mudara a Terengganu, en Malasia.

Ella tomó mis manos, me abrazó y besó mi mejilla, estaba llorando. Dijo: ‘Gracias, Señor, mi hijo ha vuelto’. La hermana Mala me recuerda a mí y a mis hermanos más jóvenes muy bien. Lloró de felicidad porque me extrañaba muchísimo, así como a mi familia. Gracias, hermana Mala, por cuidar de nosotros.

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