Una de las experiencias más dolorosas que puede vivir cualquier ser humano es sentir hambre y no contar con los medios necesarios para aliviarla. Esta situación, en más de una ocasión, ha llevado a las personas a robar para poder alimentarse y seguir adelante, con la esperanza de encontrar una mejoría en su vida.
Este es el caso de un hombre que sustrajo pan de una cafetería en la Toscana, Italia, y que posteriormente regresó para pagar lo que había llevado. Este gesto provocó que los dueños del establecimiento lanzaran una campaña para encontrar al ladrón, no con la intención de enviarlo a prisión, sino para ofrecerle un puesto de trabajo.
La historia comienza en la ciudad de Pistoya, en la Toscana, Italia, donde la cafetería Alibabar 2.0 encontró una nota escrita por un hombre que admitía haber robado panecillos dulces y café días atrás, ya que había estado varios días sin comer y no contaba con los recursos para pagar por su alimento.
La carta generó una oleada de emociones entre los dueños y empleados del lugar, que, aunque molestos por el robo, se sintieron profundamente conmovidos por la situación del hombre.
Sin embargo, esto fue solo el inicio de una conmovedora historia; días después, el hombre regresó y entregó una segunda nota junto con algo de dinero para saldar su deuda. Es importante mencionar que este dinero no lo obtuvo de un robo, sino pidiendo limosna y ayuda a algunos transeúntes.
Los dueños de la cafetería quedaron impresionados por el acto del hombre y no dudaron en ofrecerle un empleo fijo dentro del local, lo que le permitiría tener un ingreso y mejorar su situación. La historia llegó a los medios locales, y el dueño de la cafetería comentó:
“La otra mañana, nuestro pastelero había dejado fuera de la canasta cerrada donde suele poner las masas, una bandeja de brioches. Cuando volvimos, no estaban. ¿Alguien los había robado? Encontramos esta nota la mañana siguiente. Esta es la situación que enfrenta Italia hoy… Gente obligada a robar por hambre y que regresa con dignidad a pagar su deuda.”
– Marco Bartoletti, dueño de Alibabar
Por otro lado, el hombre aceptó la oferta de empleo y agradeció a los dueños del establecimiento por la oportunidad, afirmando que ya no vive en las calles y no pasa hambre como antes. Además, ahora ayuda a quienes se encuentran en una situación similar y espera generar una cadena de apoyo que beneficie a todos.