¿Gracias? Tras salvarlo y ayudarlo con sus problemas de adicción, Jennifer Garner vuelve a ser el centro de las nuevas declaraciones de Ben Affleck, quien confesó que se sentía atrapado en su matrimonio con la actriz, afirmando que, de haber permanecido casados, probablemente aún sería alcohólico.
En su reciente campaña publicitaria para aumentar sus posibilidades de ser nominado a un Óscar por la película The Tender Bar, Affleck apareció de manera virtual en el programa de radio The Howard Stern Show, donde habló sobre su exesposa y las razones detrás de su separación en 2015.
Probablemente hubiéramos terminado peleando todo el tiempo. Quizás seguiría bebiendo. Gran parte de por qué comencé a beber fue porque me sentía atrapado. Era como: ‘No puedo irme porque tengo hijos, pero no soy feliz. ¿Qué hago?’. Lo que hice fue beber una botella de whiskey todos los días y dormir en el sofá, lo que claramente no fue la solución.
Además, el protagonista de Perdida mencionó que tanto él como Garner, quienes estuvieron legalmente casados desde 2005 hasta 2018, intentaron trabajar en su matrimonio y hacerlo funcionar por el bienestar de sus tres hijos: Violet, Seraphina y Samuel, de 16, 12 y 9 años, respectivamente.
Al final, lo intentamos y lo intentamos. Lo hicimos por nuestros hijos, porque ambos creíamos que no queríamos que ellos nos vieran como un ejemplo de un matrimonio fallido. La realidad es que nos tomamos nuestro tiempo para decidir. Maduramos de manera diferente. Tuvimos un matrimonio que no funcionó, eso pasa. Ella es alguien a quien amo y respeto, pero con quien no podía seguir casado ni un minuto más.
Aunque el actor culpó a su matrimonio con Garner de su preocupante alcoholismo, del que ella lo salvó al llevarlo a rehabilitación en 2018, admitió que es un buen padre y explicó que, al final del día, eso es lo que más le importa y la razón por la que decidió estar sobrio.
La cura para la adicción es el sufrimiento; cuando sufres lo suficiente, algo dentro de ti se cansa. Soy afortunado porque llegué a ese punto justo antes de perder lo más importante para mí. No mi carrera ni el dinero, sino mi relación con mis hijos. Cuando sentí que mi alcoholismo podría afectarles, lo acepté. Fue el peor día de mi vida. Hice lo que debía hacer, y desde ese día, juro que no he querido volver a beber jamás.
Curiosamente, esta no es la primera vez que culpa a su matrimonio por sus problemas con el alcohol. Se sabe que estuvo en rehabilitación en 2001, y no fue hasta 2004 que comenzó a salir con Garner. No obstante, el año pasado declaró a The New York Times que su adicción se reavivó debido a problemas maritales.