A través de las redes sociales, somos testigos de cómo amigos, familiares e incluso profesores alcanzan sus metas, adquieren bienes materiales o encuentran el amor. Sin embargo, rara vez conocemos el esfuerzo que han realizado para llegar hasta allí.
Tal es el caso de una docente del Reino Unido que se volvió viral en internet tras pasar dos años viviendo en una tienda de campaña debido a un sueldo injusto. Sus alumnos jamás supieron de su situación y siempre la vieron como una persona respetable a quien no le faltaba nada.
Aimée Lê, profesora en el Reino Unido, vivió durante dos años en una tienda de campaña, enfrentando nevadas y la falta de comunicación, alimentos, ropa y seguridad. Recientemente, compartió su historia como un reclamo a las autoridades que mantienen a los docentes, investigadores y trabajadores de la educación con sueldos tan bajos que apenas les permiten sobrevivir.
Cuando mis estudiantes me preguntaban sobre el mercado laboral, les advertía que los salarios eran bajos y las oportunidades de contratación eran escasas. Sin embargo, creí que mencionarles que vivía en una carpa era un paso demasiado lejos… mis alumnos nunca supieron de mi situación.
Pasaba frío y dormía a temperaturas bajo cero. Era una pequeña tienda de campaña para una sola persona, lo que hizo que, después de un tiempo, se volviera más cálida. Pero hubo días en los que me despertaba y encontraba mi tienda cubierta de nieve. Cuando no estaba trabajando en mi doctorado o realizando otras tareas, aprendía a cortar leña o encender un fuego.
Aimée explica que se vio obligada a vivir de esta manera debido al aumento del alquiler en el lugar donde residía. Además, estaba en su tercer año de doctorado. Para no perder sus pertenencias, guardó sus libros en la oficina de posgrado, pidió prestada una tienda de campaña y salió en busca de un lugar donde instalarse. Al principio, pensó que sería algo temporal, pero ya han pasado dos años y no ha encontrado un empleo mejor que el actual, con el que apenas puede subsistir debido a su escaso sueldo.
Lo más doloroso es que hice esto porque creí que sería temporal. Pensé que si podía soportar la dificultad de esta experiencia, eventualmente conseguiría un puesto seguro como conferencista. Pero la precarización persiste y estoy desempleada.
No tengo idea de lo que va a pasar. He tenido muchas entrevistas, incluida una reciente en Cambridge, pero comencé a buscar trabajo en abril, cuando aún tenía empleo. Me siento muy nerviosa. Para ser honesta, todavía no sé qué será de mi futuro. La ironía es que estoy bien preparada para trabajar. Sé que soy una buena docente. Es mi vocación.
Su historia ha circulado y recibido mensajes de aliento, aunque lamentablemente no ha recibido ninguna oferta laboral que mejore su situación económica.
