Ante la contingencia por Covid-19, muchas personas han tenido que cancelar, posponer o incluso reinventar nuevas formas de llevar a cabo sus actividades y celebraciones.
Esto fue lo que les ocurrió a Emily Bugg y Billy Lewis, una pareja que planeaba celebrar su boda en grande a finales de este año, pero decidió hacer algo aún más significativo: ayudar a quienes más lo necesitan.
Todo listo para el gran día
Originarios de Chicago, Illinois, Emily y Billy tenían todo preparado para su boda en otoño. Planeaban una celebración llena de lujo, con la asistencia de 150 personas y un DJ animando el evento. Él iba a lucir un elegante traje, mientras que Emily llevaría un hermoso vestido de crepé.
El 2020 cambió por completo sus planes
Desafortunadamente, tuvieron que posponer su boda debido al aumento de contagios por coronavirus en Estados Unidos. Al ver que la situación no mejoraba, decidieron celebrar su matrimonio a finales de este año, pero de una manera diferente a lo planeado. Esta decisión resultó ser una fuente de gran felicidad para ambos.
Una celebración única con gran significado
Emily trabaja para Thresholds, una organización sin fines de lucro dedicada a ayudar a personas con problemas de salud mental y trastornos por abuso de sustancias. Se le ocurrió que el depósito del servicio de banquete podría destinarse a alimentar a cientos de personas en el Día de Acción de Gracias. A Billy le pareció una idea maravillosa, sabiendo que la organización había tenido que reducir su apoyo a muchos ciudadanos por falta de recursos.
Prepararon todo y disfrutaron ayudar
A pesar de no recuperar el depósito del DJ ni del vestido, lograron ofrecer 200 cenas de Acción de Gracias a las personas atendidas por Thresholds. El menú incluía pavo, aderezo, puré de papas, judías verdes, y otros acompañamientos. También decidieron que, cuando todo regresara a la normalidad, el lugar alquilado para su boda se utilizaría para un evento benéfico.
Se casaron de manera íntima y llena de amor
Aunque no tuvieron una boda lujosa en compañía de sus seres queridos, la pareja se presentó en el registro civil y pronunció el “sí, acepto” de forma muy íntima y especial. Quizá Emily no llevaba un vestido blanco de ensueño, pero su corazón rebosaba de felicidad, porque no solo se unió al amor de su vida, sino que también tuvo la oportunidad de ayudar a quienes más lo necesitaban.