En 2016, las pequeñas McKinley, Lauren, Ava y Chloe llegaron al hospital como desconocidas, y ahora, tras haber superado la enfermedad, son mejores amigas.
A las cuatro niñas las unían dos aspectos fundamentales: el cáncer y una valentía excepcional para enfrentar su diagnóstico.
De lo negativo, surge lo positivo
Chloe estaba luchando contra el cáncer de pulmón, mientras que McKinley, Lauren y Ava enfrentaban leucemia linfoblástica aguda infantil. Por ello, todas fueron referidas al Johns Hopkins All Children’s Hospital en Florida, Estados Unidos.
Con motivo del Mes de Concientización sobre el Cáncer Infantil, y para elevar el ánimo de las pequeñas, los médicos les entregaron tutús rosas, con el objetivo de hacerlas sentir especiales y aumentar su confianza.
Esta estrategia resultó ser un éxito total; las niñas se sentaron a platicar y reír como si se conocieran de toda la vida. Una simple falda de bailarina fue suficiente para que se convirtieran en amigas.
Una amistad que desafía las adversidades
Las niñas, con edades entre cuatro y cinco años, encontraron en cada una el respaldo necesario para sobrellevar el agotador tratamiento. Se comprendían y se querían, y esa empatía les otorgó la fuerza para regresar cada vez más a su quimioterapia.
En 2017, volvieron al hospital con una gran noticia: ¡estaban sanas! Celebraron este logro con una fotografía que capturó el arduo camino que habían recorrido para vencer al cáncer. ¡Son verdaderas guerreras!