En todo el mundo hay cientos de artistas que crean obras sorprendentes y maravillosas; sin embargo, a menudo se conoce poco sobre ellos e incluso algunos carecen del apoyo necesario para seguir produciendo y tener la oportunidad de dedicarse por completo a la creación.
Por fortuna, la situación de Marck fue diferente, ya que sus creaciones captaron tanto la atención y fueron tan reconocidas que el propio gobierno respaldó su talento para que pudiera desarrollar todo su potencial.
Esfuerzo diario por superarse
Marck Anthony González Zeta es un niño de 13 años originario de Piura, Perú, quien desde muy joven destacó por sus bellas artesanías, que poco a poco fueron ganando reconocimiento en la ciudad. El pequeño aprendió a trabajar la madera con gran facilidad y desde entonces no ha dejado de perfeccionar sus esculturas, entre las que destacan la del Señor Cautivo de Ayabaca y la Virgen de Guadalupe.
Persiste en su pasión
Su situación económica no es la mejor y sus padres no cuentan con muchos recursos, pero las obras le ayudan a cubrir ciertos gastos del hogar. A pesar de las adversidades, Marck se muestra feliz de poder hacer lo que ama.
Un merecido reconocimiento
La Municipalidad de Tambogrande decidió apoyar a Marck de la mejor forma: otorgándole una beca para estudiar arte en el Instituto de Bellas Artes del país. Sin duda, esta gran oportunidad le permitirá a Anthony desarrollarse y explorar otras áreas de las artes plásticas que pueden interesarle, y lo mejor es que abrirá las puertas para que muchas personas conozcan y se enamoren de su arte.