Una de las áreas a las que debemos prestar especial atención es nuestra alimentación, independientemente de la época del año, las festividades que se avecinan o si planeamos ir a la playa y queremos lucir radiantes.
Para que entiendas mejor cómo manejar esta cuestión, te ofrecemos algunos consejos que te serán de gran ayuda en cualquier momento. Así que presta atención y toma nota.
1. Consume abundantes frutas y verduras
Entendemos que para algunas puede ser un desafío incorporar más frutas y verduras a la dieta, pero son esenciales, ya que aportan vitaminas, minerales, fibra y múltiples beneficios.
2. Las legumbres son aliadas
Cuando no deseamos consumir carne con frecuencia, las recetas que incorporan legumbres son ideales, ya que ofrecen proteína vegetal, son económicas y se pueden preparar de diversas maneras.
3. Elige la carne adecuada
Si decides comer carne algunos días a la semana, es recomendable comprarla fresca, optando preferentemente por pollo o pescado.
4. Planifica tus comidas
Para mejorar tu alimentación, es clave que planifiques lo que vas a comer; esto te evitará estar apurada y comiendo lo primero que encuentres, por lo que debes definir un menú para cada comida.
Asegúrate de incluir alguna bebida que complemente tus alimentos y que disfrutes; este puede ser café, té o un chocolate hecho con leche vegetal. También incluye fuentes de proteína como huevo o queso, y no te olvides de uno o dos trozos de fruta.
Para el almuerzo, lo ideal es combinar proteínas y legumbres; es decir, algún tipo de carne junto con garbanzos, frijoles o lentejas. Para la cena, es mejor optar por alimentos que no te aporten demasiada energía, como cereales, tubérculos o frutas menos dulces.
Es mejor que tus refrigerios sean naturales y no procesados. Opta por frutos secos, frutas de temporada o algún bocadillo saludable que hayas preparado con antelación.
5. Establece horarios para comer
Nuetro cuerpo funciona como una máquina; aunque no debemos verlo solo de esa manera, es importante entender que necesita tiempo para digerir, procesar y eliminar lo que no es útil, por lo que establecer horarios para las comidas es crucial.
Esto no solo te ayudará a crear un nuevo hábito, sino que tu organismo se adaptará y funcionará de manera más óptima.
6. Alimentos a evitar
Al hablar de grasas, muchas suelen incluir todo tipo de grasas en una misma categoría. Si bien hay grasas saludables, como las del aguacate, el aceite de oliva o las semillas, es fundamental evitar los alimentos fritos en la medida de lo posible; consúmelos ocasionalmente, pero no diariamente.
7. Revisa tu consumo de azúcar y lácteos
Al decir «analiza», me refiero a hacerlo realmente. Analiza los tipos de azúcares disponibles y sé consciente de que hay azúcares procesados y azúcares naturales de alimentos dulces; siempre que sea posible, elige los naturales.
Respecto a los lácteos, aunque disfrutamos de la leche con chocolate o el yogur con frutas, lo ideal es elegir las versiones vegetales, ya que los lácteos animales pueden generar mucosidad y contienen componentes que nuestro cuerpo a menudo no digiere bien. Elige siempre lo mejor para ti.
8. ¡Mantente hidratada!
Otro aspecto crucial es mantener una buena hidratación. Bebe agua, mucha agua; consume infusiones naturales y agua de frutas preparadas en casa, eligiendo líquidos que tú misma hayas elaborado y conozcas su proceso de preparación.
Esto no solo ayudará a evitar la retención de líquidos, sino que también contribuirá a limpiar tu organismo. Verás un cambio en tu piel y una mejora en tu estado de ánimo y energía.