Se dice que la risa es el mejor remedio para cualquier adversidad, pero encontrar humor en medio de la guerra parece una tarea increíblemente difícil.
Siguiendo el ejemplo de La vida es bella, Abdullah Al-Mohammad, un padre sirio, ha enseñado a su hija un juego particular: cada vez que escuche el estruendo de una bomba, debe reír.
El antídoto contra el miedo
Selva, de apenas cuatro años, como muchos niños en Oriente Medio, ya se enfrenta a los horrores de la guerra. Para preservar su inocencia y alegría, su padre le ha enseñado a reír cada vez que escucha una explosión.
Aunque este juego pueda parecer sencillo, le ayuda a manejar el estrés psicológico que generan los bombardeos y hace que la experiencia sea menos traumática.
La contraposición de la risa y la guerra
Abdullah le ha enseñado a su pequeña que el ruido de los aviones y las explosiones forma parte de un juego, y que cada vez que lo escuchen, deben reír con todas sus fuerzas para prolongar la diversión. Siria, en este contexto, es un símbolo de la lenta pérdida de la humanidad. Siento un profundo dolor en mi corazón.
—Mehmet Algan
Padre e hija están entre las miles de personas atrapadas en la provincia de Idlib, Siria, en medio de los ataques de aviones sirios y rusos que lanzan su violencia de manera indiscriminada, buscando forzar a los rebeldes a huir del lugar.