Anna Romanova, una talentosa artista rusa, elabora encantadores animales en miniatura utilizando fieltro. Su trabajo destaca por su exquisito detalle, no solo siendo visualmente atractivo, sino también logrando transmitir ternura, paz y amor en cada una de sus creaciones.
Utilizando lana de oveja y agujas especiales, Anna dedica entre cinco y 14 días a cada figura, dependiendo de su tamaño. Comenzó esta labor casi como un pasatiempo, buscando ofrecer regalos personalizados a sus amigos, pero pronto su hobby se transformó en arte auténtico.