Disfrutar de un par de copas puede ser algo muy agradable. De hecho, a menudo lo hacemos para relajarnos y escapar del estrés diario; sin embargo, si no mantenemos el control, al día siguiente podríamos encontrarnos en una situación un tanto embarazosa.
Es probable que alguna vez hayas sentido esa pequeña culpa por haber dicho o hecho cosas que no harías de forma sobria; y es que, como dicen, “los niños y los borrachos siempre dicen la verdad”; pero, ¿y si esa parte de ti es realmente tu esencia?
Un estudio lo respalda
En 2017 se publicó un estudio llevado a cabo por Rachel Winograd y sus colegas en la revista Clinical Psychological Science, cuyos resultados seguramente no esperabas.
¿En qué consistió la investigación?
Los investigadores reunieron a 156 personas para analizar su personalidad antes y después de consumir alcohol, permitiéndoles entender mejor cómo cambia el comportamiento tras la ingesta de bebidas alcohólicas.
Siempre somos nosotros mismos
Tras estudiar varios grupos de cuatro a cinco personas, se observó que un factor común era la extroversión, la cual se intensificaba notablemente en el “yo” borracho en comparación con el “yo” sobrio; no obstante, la personalidad y las acciones se mantenían constantes.
Además, se halló que la presencia de alcohol contribuía a incrementar la confianza y la estabilidad emocional de los participantes.