Ingeborg Van der Duin es una docente de educación primaria, originaria de Haarlem, en los Países Bajos, que tiene un gran cariño por sus pequeños estudiantes. Por ello, cuando la pandemia de Covid-19 afectó el sistema educativo, le fue muy difícil estar sin ellos.
Sin duda, es una maestra muy comprometida con su labor y siente que le falta algo sin sus alumnos. Para sobrellevar esa ausencia y no extrañarlos demasiado, tuvo una idea encantadora para mantenerlos cerca: tomó agujas y estambre para tejer 23 muñequitos, cada uno representando a sus queridos niños.
Descubre lo adorables que son
Los muñecos fueron completamente personalizados; la maestra logró capturar a la perfección los rasgos físicos de sus alumnos, así como sus prendas favoritas. Sin duda, los conoce muy bien. No escatimó en detalles como cardigans de colores, botones, moños y anteojos… Fue un gesto verdaderamente hermoso, tanto para ella como para su clase. Cada muñeco le tomó entre 3 y 4 horas realizar, pero fue un placer para ella.
Al concluir su trabajo, mostró el resultado a los niños y a sus padres, quienes quedaron asombrados. Incluso, sin conocer los nombres, lograron adivinar a quiénes representaban. Sin embargo, faltó un personaje muy importante: ¡la profesora! Sin su presencia, la colección estaba incompleta, así que se puso a trabajar para añadir su muñeco.
Y así quedó:
En los próximos días, los estudiantes podrán regresar a la escuela a recoger algunas pertenencias, y será la oportunidad perfecta para que su profesora les entregue personalmente sus muñequitos. ¡Qué maravilloso detalle!
