La relación de pareja es una de las experiencias más hermosas que podemos disfrutar, especialmente si ambos están en la misma sintonía. Esto facilita la comprensión mutua y el rumbo compartido.
Sin embargo, en ocasiones uno se esfuerza al 90% mientras que el otro solo aporta un 10%, lo que complica la relación. La situación se agrava aún más con la infidelidad de alguno de los involucrados.
A veces no todos los finales son felices
Aunque no tenemos los nombres de los protagonistas de esta historia, intentaremos ser lo más claros posible, ya que es sorprendente hasta qué punto puede llegar una persona cuando se propone algo.
Todo ocurrió en la ciudad de Shandong, China, poco antes del 14 de febrero, conocido como Día de San Valentín. Una pareja terminó de forma abrupta y sin razones obvias, pero más tarde la chica se enteró de que su expareja le había sido infiel.
Estar triste es normal y está bien
Tras enterarse de la infidelidad, la chica se sintió devastada, ya que le resultó inesperado que alguien en quien había confiado y amado tanto le hiciera esto.
Mientras ella se encontraba en lágrimas y tristeza, su expareja parecía no verse afectado, continuando con su vida como si nada hubiera pasado, según lo que comentaban sus amigos en común.
Y decidió poner manos a la obra
Sabemos que buscar venganza no es la mejor opción y puede dejarnos con mal sentimientos, pero a veces no podemos evitar tener deseos de hacerlo.
Así que, tomando la decisión de hacer justicia por su cuenta, compró no un kilo, sino una tonelada de cebolla morada, que mandó entregar en la casa de su expareja, dejando una nota que claramente indicaba quién le enviaba el regalo.
Yo lloré durante tres días, y ahora es tu turno.
¿Qué hará él con tantas cebollas?
La sorpresa de recibir una tonelada de cebollas no fue algo que él se esperaba, lo que lo llevó a replantearse su relación con su expareja.
Decidí terminar la relación porque ella siempre ha tenido comportamientos extr extremos y sorprendentes. Le cuenta a todo el mundo que no he llorado ni derramado una lágrima tras nuestra separación, pero eso es algo que ella desconoce.
Y aunque ahora no sabemos con certeza si hubo una infidelidad, los vecinos del chico han comenzado a quejarse del olor a cebolla que inunda el edificio. Ella solo quería causar las mismas lágrimas que sollozó por esa relación.
