Hemos escuchado innumerables veces que el amor puede con todo, sana y mejora las cosas… Sin embargo, hay momentos en que ni el amor puede frenar lo inevitable; lo que sí puede hacer es iluminar los días que preceden a lo que debe suceder.
Un caso así se presentó con esta pareja, quienes demostraron que, a pesar de su juventud y las adversidades, el amor puede curar y perdurar, incluso en medio de situaciones difíciles.
Cuando la vida altera tus planes
Maia Falwasser y Navar Herbert eran una pareja que, como muchos, compartía su amor en redes sociales. Sin embargo, todo cambió cuando él fue diagnosticado con un tumor cerebral.
Herbert tenía solo 22 años al recibir la noticia, pero no perdió la esperanza de recuperarse gracias al apoyo de Maia, su familia y su pequeño hijo, Kyrie.
Navar y su último deseo
A pesar de las esperanzas del joven futbolista de rugby para recuperarse, su salud empezó a deteriorarse rápidamente, afectando su capacidad motriz, su lenguaje y el funcionamiento de varios de sus órganos. Sin embargo, esto no le impidió realizar su último sueño: casarse con Maia, el amor de su vida.
Una boda única e inolvidable
Siguiendo el deseo de Navar, Maia organizó una ceremonia íntima en el patio trasero de su casa, donde amigos y familiares se reunieron para presenciar el intercambio de votos de amor eterno.
A pesar del crítico estado de salud de Navar, logró cumplir su sueño y celebrar junto a sus seres queridos un momento tan especial.
La fortaleza del amor
Poco más de 30 horas tras su matrimonio, Navar falleció. Sin embargo, en lugar de derrumbarse, Maia comprendió que su esposo se marchó satisfecho, lleno de gratos recuerdos de esos últimos momentos juntos.
A pesar de su serenidad, Maia sabía que debía trasladar el cuerpo de Navar a su ciudad natal en Nueva Zelanda. Para ello, emprendió una campaña de recaudación, con el objetivo de transmitir un mensaje significativo: el amor verdadero trasciende incluso más allá de la vida.
