La vida no siempre es sencilla, pero ante las adversidades nunca debemos perder la esperanza de que todo mejorará. Cuando ese momento llegue, hay que sonreírle a la vida, agradecidos por las segundas oportunidades que nos brinda.
Martín es un niño argentino de cuatro años que durante dos largos años luchó contra el cáncer hasta que finalmente lo superó, celebrándolo con globos y carteles junto a su familia.
“Hoy es mi última quimio”
El niño, junto a sus papás y hermanos, originarios de Villa Gesell, Argentina, adornaron su casa y auto con globos y dos carteles de colores que decían “Hoy es mi última quimio” y “Vencí el cáncer”. Alegremente realizaron el trayecto hacia el hospital, felices de dejar atrás esta difícil etapa de sus vidas.
Durante mucho tiempo, el día de su recuperación les pareció distante, y aunque a veces aparecía la desesperanza, era Martín quien se encargaba de elevar el ánimo y asegurarles que todo saldría bien.
Nunca hay que rendirse
Diana, la mamá del pequeño campeón, compartió que fue imposible evitar las lágrimas al enterarse de que su hijo padecía leucemia linfoblástica aguda. También se llenó de llanto al recibir la noticia de su recuperación, pero esta vez, el sentimiento había cambiado; ya no era miedo, sino pura felicidad.
¡Fue muy emocionante todo! Además, la expresión en su rostro… A veces subestimamos a los niños, pensamos que no entienden, ¡pero lo comprenden todo! Fue una celebración muy emotiva… Saltábamos, lo abrazábamos, llorábamos, ¡todo al mismo tiempo!
¡Así se hace, campeón!
Puede que el camino no siempre sea fácil, pero una vez que lo logramos atravesar, ver las sonrisas de los niños es el mayor premio de todos.