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La amistad es una de las cosas por las que muchas de nosotras nos sentimos agradecidas, ya que contar con un grupo de amigos que te apoye, escuche y te anime en cada uno de los proyectos que emprendes es algo verdaderamente especial y merece ser valorado.
Por este motivo, cuando nos cruzamos con personas que tienen afinidades en ciertos aspectos de nuestras vidas, sabemos que hemos encontrado verdaderos amigos en ellos. Es importante no dejarlos ir, sino nutrir esa relación y disfrutar de la vida, tal como lo hace Aaron Friesen.
Optimista y valiente ante los desafíos
Aaron Friesen es un joven de 21 años que vive en Edmonton, la capital de Alberta, Canadá. Lamentablemente, padece parálisis cerebral bilateral espástica, resultado de una falta de oxígeno al nacer, lo que le obliga a utilizar una silla de ruedas, ya que sus piernas son las más afectadas por esta condición.
A diferencia de lo que muchas personas piensan, depender de una silla de ruedas no es para Aaron un motivo para buscar lástima o atención de quienes lo rodean; al contrario, quiere demostrar que puede ser tratado como un igual, y que las actividades cotidianas que realizan los demás también son accesibles para él, aunque evidentemente le lleve más tiempo realizarlas.
He estado en una silla de ruedas toda mi vida. A algunas personas les gusta sentir lástima por mí o pensar que deberían hacerlo. Sin embargo, mi familia y amigos saben que eso no es lo que deseo. Lo que realmente quiero es que me traten como si fuera uno de ellos, y hacen un gran trabajo al respecto.
—Aaron Friesen
Rodeado de personas increíbles
Aaron y su familia suelen asistir a eventos de la iglesia, donde conoció a un grupo de jóvenes con quienes comenzó a realizar excursiones por la ciudad, volviéndose poco a poco inseparables.
Junto a sus amigos Willy Peters, Cornie Klassen, Benny Thiesen y Alvin Wolf, Friesen ha vivido numerosas aventuras en las que, a pesar de sus personalidades diversas y de tener intereses a veces distintos, siempre logran encontrar la manera de disfrutar al máximo de cada una de sus salidas.
Diría que somos un grupo bastante unido. Nos conocemos desde hace tiempo y hemos hecho algunas cosas bastante locas. Nuestra amistad es sorprendente, y definitivamente se nota cuando uno de nosotros no está presente.
—Alvin Wolf, amigo de Aaron
Un regalo inolvidable para Aaron
Durante los primeros días de agosto, este grupo de amigos decidió que era un buen momento para hacer una caminata hacia la cascada de Grotto Canyon, un recorrido que implica caminar cerca de 4 kilómetros haciendo senderismo. Para Aaron, esto representaba un reto, ya que su silla de ruedas limita ciertas actividades; sin embargo, sus amigos no permitieron que eso lo detuviera, así que se turnaron para empujar su silla.
Al principio, parecía sencillo, pero a medida que avanzaban, el camino se volvió más rocoso y con mayor inclinación, lo que los llevó a buscar formas alternativas para llevar a Aaron hasta la cascada.
Al principio, los chicos se turnaban usando pura fuerza y trataron de empujar mi silla hacia la montaña. Rápidamente se hizo evidente que eso no iba a funcionar, especialmente porque mi silla solo tenía tres neumáticos en buen estado. Tendríamos que encontrar otra manera. Debo admitir que estaba un poco nervioso. Siempre lo estoy cuando hacemos estos viajes de senderismo. Sin embargo, es muy divertido. ¡La risa, la adrenalina y la sensación de logro que sientes después de completar algo así son increíbles! Quiero decir, siento que no muchas sillas de ruedas han llegado hasta esa cascada.
—Aaron Friesen
Aplausos y ánimo en el camino
Durante esa época del año, Edmonton cuenta con buena luz solar y un clima agradable, y había otras personas que también estaban caminando o regresando de Grotto Canyon. Cuando veían a este grupo de amigos, no dudaban en animarlos para seguir adelante, e incluso elogiaban a Aaron y a sus amigos por su excepcional apoyo mutuo.
¡Mis amigos son increíbles! Agradezco mucho a Dios por darme un grupo de apoyo tan maravilloso que me ha ayudado a ganar la confianza, el valor y la fortaleza necesarios para vivir una vida plena.
—Aaron Friesen
Finalmente, Aaron y sus amigos llegaron a la cascada, donde disfrutaron de un merecido descanso y no olvidaron inmortalizar el momento con algunas fotos, ya que algo así merece ser recordado para toda la vida. La amistad no solo hace más llevaderas las penas, sino que también engrandece la felicidad y los logros alcanzados.