lunes, mayo 19, 2025

Abuelita conmemora sus 103 años de vida haciéndose su primer tatuaje.

Hay algo que Dorothy Pollack ama incluso más que la cerveza y las hamburguesas: las ranas. Por ello, en su cumpleaños número 103 decidió hacer realidad uno de sus más grandes sueños y convirtió a su animal favorito en su primer tatuaje.

La mujer, residente de Míchigan, Estados Unidos, quería celebrar en grande el hecho de estar viva, ya que la experiencia del Covid-19 le otorgó una nueva perspectiva. ¡Es momento de disfrutar al máximo!

Estaba triste debido a la cuarentena

Abuela de 103 años se hace su primer tatuaje

Debido a la pandemia, Pollack tuvo que pasar meses en cuarentena en el asilo, sin poder comunicarse con su familia. Esta situación la sumió en una profunda tristeza y sus cuidadoras determinaron que la única manera de ayudarla a recuperar la sonrisa era dándole el alta para que se reuniera con sus seres queridos.

La enfermera nos comentó que estaba terriblemente deprimida y que necesitábamos sacarla de allí. Durante la cuarentena no pudimos verla, por lo que no teníamos idea de cómo se encontraba realmente. Ella sufre de pérdida auditiva extrema, así que las llamadas telefónicas no fueron efectivas.

—Teresa Zavitz-Jones, nieta de Dorothy Pollack

Un día que jamás olvidará

Abuela de 103 años se hace su primer tatuaje, rana en el antebrazo

Después de pasar meses en «prisión», como Pollack describió la cuarentena, se alegró tanto de poder respirar aire fresco que decidió recuperar el tiempo perdido y disfrutar al máximo. Lo primero en su lista de deseos era hacerse su primer tatuaje.

Para festejar su cumpleaños 103, su familia la llevó al estudio AWOL Custom Tattooing, Llc, donde el artista Ray Reasoner Jr. la esperaba encantado, ya que Pollack sería su clienta más longeva. Él incluso le regaló el tatuaje de una rana, su animal preferido.

No hay nada que la detenga

Abuela de 103 años se hace su primer tatuaje y viaja por primera vez en moto Harley Davidson con rudo motociclista

Su tatuaje «fue pan comido»; incluso Ray mencionó que se comportó como una campeona, pues en ningún momento se quejó ni hizo muecas de dolor. Pero ahora que había marcado el primer deseo de su lista, debía seguir adelante: subirse a una motocicleta.

Para ello, el padre del tatuador y buen amigo de la familia llevó a Dorothy a dar un paseo en su Harley Davidson. Sin duda, es un día que esta aventurera mujer recordará para siempre.

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