Se ha hablado mucho sobre los médicos y enfermeras durante esta emergencia sanitaria, y con motivo, ya que han mantenido su compromiso y vigilancia durante un extenso período, con el objetivo de proteger y atender a la población como es debido en esta situación.
No obstante, no son los únicos que merecen reconocimiento. Como bien sabemos, desde hace más de cinco meses, los estudiantes han tenido que seguir con su educación a través de clases en línea. Sin embargo, no todos los niños y jóvenes cuentan con acceso a internet ni disponen de una computadora o televisión. A pesar de esto, los docentes no se rinden, y la maestra Juana Acosta Cortés es un gran ejemplo de ello.
No todos tienen las mismas oportunidades
La profesora, originaria de Tierra Caliente, Michoacán, es consciente de las adversidades que ella y sus alumnos enfrentan. Además de lidiar con una pandemia global, sus familias también sufren desempleo, pobreza y carencia de herramientas tecnológicas que les permitan continuar con sus clases.
A pesar de ser una docente de nivel preescolar, sabe que esta etapa educativa es fundamental para todo lo que una persona debe aprender para convertirse en un gran profesional.
Es una situación difícil y complicada
Acosta Cortés ha decidido que sus alumnos no perderán el ciclo escolar, pues a principios de 2020, observó cómo al menos ocho niños dejaron de asistir a la escuela debido a la situación nacional.
Consciente de que no todos sus alumnos cuentan con una televisión en casa, lo cual complica aún más su educación, ha tomado la decisión de no permitir que eso la detenga.
Juana no se rinde y persevera
Para esta maestra, lo más importante es que sus alumnos continúen con su educación. La solución que encontró fue ir de casa en casa a impartir clases, siguiendo todas las medidas de sanidad necesarias y ofreciendo lo que más necesitan: educación.
“Voy a llegar a los niños y trabajar con ellos. Buscaré alternativas para que no se queden sin educación y puedan aprender mejor, a pesar de esta pandemia mundial. Los salones estarán vacíos, pero mi corazón estará lleno de sonrisas.”
—Juana Acosta Cortés, profesora de preescolar