Imagina que estás de viaje con tu mascota y, de repente, te das cuenta de que ha desaparecido. Aunque parece algo poco probable, muchas personas han vivido situaciones similares; después de perder a su leal compañero peludo, solo les queda aceptar su partida.
Sin embargo, eso no fue lo que vivió Dou Dou, un perrito que, tras extraviarse en una estación de servicio, logró regresar a casa luego de un largo trayecto por la carretera.
Dou Dou tiene una familia que lo adora
La familia Qiu, originaria de Hangzhou, China, es la responsable de Dou Dou, un perro de pelaje blanco que ha estado con ellos durante siete años, acompañándoles en cada viaje. En su reciente escapada, visitaron una casa de campo donde pasarían unos días. Sin embargo, todo cambió cuando decidieron hacer una parada en una estación de servicio en medio de la carretera.
El lomito inició una gran aventura
Mientras sus dueños estaban ocupados cuidando de su hijo menor, Dou Dou aprovechó para salir del automóvil y explorar el lugar. Pero al regresar, notó que su familia ya no estaba; corrió tras el auto, tratando de alcanzarlo, sin éxito.
Por su parte, la familia Qiu se dio cuenta de la ausencia de su perro justo al llegar a la casa de campo. Regresaron a la estación de servicio y buscaron a Dou Dou durante horas, pero no pudieron encontrarlo.
Realmente lo extrañaban
La tristeza invadió su hogar, ya que Dou Dou era parte fundamental de la familia. No se dejaron vencer y, durante varios días, recorrieron la carretera en busca de su mascota, hasta que finalmente se resignaron y, con toda su fe, pidieron que el perrito encontrara una buena familia que lo cuidara como ellos lo hacían.
Un increíble reencuentro
Transcurridos 26 días desde la pérdida de Dou Dou, algo asombroso sucedió: un perro sucio y demacrado apareció en la puerta de la familia. Aunque se veía hambriento, lucía feliz, y al revisarlo, se dieron cuenta de que era el mismo Dou Dou. No podían entender cómo había conseguido regresar, ya que la estación de servicio donde se perdió estaba a más de 50 kilómetros de distancia y requería cruzar una autopista. Pero al final, eso no importaba. La familia lo alimentó, le dio agua y lo bañaron, llenándolo de cariño y amor. Todos estaban agradecidos: su amigo peludo había vuelto a casa.