Es fundamental amarnos a nosotras mismas. Aunque a veces puede ser un proceso largo y complejo, al final el resultado es satisfactorio, empoderador y enriquecedor.
Samantha Rawley, una madre de 30 años originaria de California, decidió hacer un cambio significativo por su salud y bienestar. Al enterarse de que su exnovio la ocultaba de sus padres debido a su sobrepeso, tomó la decisión de perder 90 kilos como una forma de enseñarle una lección. Lo que comenzó como un acto de «venganza» se convirtió en un proceso personal que la llevó a sentirse mejor consigo misma y a no permitir que nadie más le falte al respeto.
Así empezó
Samantha pesaba 164 kilos, pero tras varios intentos fallidos por perder peso de manera tradicional, se sometió a una cirugía de manga gástrica que resultó ser un éxito. Además, invirtió 20 mil dólares en una cirugía reconstructiva para eliminar el exceso de piel de sus brazos, abdomen y piernas, así como un levantamiento de busto. ¡Ahora se ve espectacular!
Disfruta mostrar sus logros
Samantha comparte su transformación y el arduo viaje que realizó en sus redes sociales. Su objetivo es inspirar a otros a alcanzar sus metas.
Descubrió su propósito
Desde pequeña, siempre quise inspirar a las personas y encontrar mi «por qué». No fue hasta que descubrí esta comunidad de pérdida de peso que realmente encontré mi propósito. Me encanta hablar con la gente sobre su pérdida de peso, cirugías, o simplemente ayudarles en sus procesos.
No fue solo cirugía
Después de la cirugía, tuvo que cambiar sus hábitos alimenticios y dejar de consumir comida chatarra. También incorporó ejercicio poco a poco, comenzando con caminatas en su vecindario y ahora realiza rutinas con pesas. Gracias a estos cambios, ahora pesa 72 kilos.
Empezó a amarse más
Transformó su estilo al vestir, comenzó a experimentar con el maquillaje y a cuidar más su cabello.
Su mentalidad ha cambiado
Confiesa que, en realidad, no estaba segura de poder lograr algo así. Siempre pensó que nunca podría ser ella. Pero al cambiar su forma de pensar, atrajo a personas increíbles a su vida y eso la hace feliz.
Ahora disfruta más con su hija
Samantha ahora es más activa con su hija Alexis, de 11 años, y puede acompañarla a excursiones a las que anteriormente no podía asistir por su peso y condición.
Disfruta ser auténticamente ella
Le alegra ver en el espejo todo lo que ha logrado.
Demostró su potencial
La constancia y los sacrificios realmente valieron la pena.
Ahora logra cosas que nunca imaginó
Jamás pensó que usaría un bikini en público.
Su seguridad la hace verse más bella que nunca
Estoy tan feliz. Realmente no puedo expresar con palabras todo lo que este viaje y estas experiencias me han enseñado.